El Diario del Bebé.
Todos sabemos que el agua es buena para la salud, pero los beneficios del agua durante el embarazo son enormes. Debemos tener en cuenta que necesitaremos consumir más agua para hacer frente a las demandas de nuestro cuerpo y el de nuestro bebé.
El agua es necesaria para mantener sanas las células sanguíneas, para la leche materna y para tener el cuerpo hidratado. Con los cambios que se producen en nuestro organismo cuando estamos embarazadas, el consumo de agua debe aumentar.
La deshidratación durante el embarazo puede causar dolor de cabeza, náuseas, mareos, calambres y edemas, por lo cual, una correcta hidratación es fundamental. Incluso en el tercer trimestre puede causar contracciones que pueden desencadenar en un trabajo de parto prematuro, ya que la hormona producida cuando el cuerpo está deshidratado es muy similar a la oxitocina, hormona producida durante el parto.
Como bien sabemos, las infecciones urinarias y el estreñimiento son comunes en el embarazo. Beber suficiente agua evitará estos problemas, así como también la retención de líquidos. Las infecciones urinarias suceden porque el bebé hace presión sobre la vejiga, de forma que cada vez que vamos al baño no vaciamos completamente el órgano, por lo que se pueden generar bacterias si vamos poco seguido a orinar. La única forma de aumentar las ganas de orinar es beber bastante agua.
El agua también ayuda a tener un nivel adecuado de líquido amniótico, para el que se necesita aproximadamente una taza de agua por hora. Además, la correcta hidratación ayuda a transportar por la sangre los nutrientes para el bebé.
Finalmente, como la sangre aumenta en cantidad y se espesa, el beber agua ayudará a prevenir la hipertensión y los problemas cardiovasculares durante el embarazo.
Aproximadamente tres litros de agua diarios son necesarios durante el embarazo. Y si la embarazada realiza algún deporte, debe añadir por hora de ejercicio un vaso más de agua. Lo mismo sucede en verano: deberemos beber más para compensar la pérdida de agua por sudoración.
Podemos considerar los jugos de frutas como líquidos, aunque tienen muchas calorías por lo que la ingesta debe ser moderada. Les bebidas cola, el té y el café no deben considerarse líquidos ya que son, justamente, diuréticos.
Si no nos gusta el agua, podemos probar a agregarle un poco de jugo de lima, unas ramitas de menta, jengibre o cilantro, e incluso fruta congelada en vez de cubitos de hielo.
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