El Diario del Bebé.
El citomegalovirus o CMV, por sus siglas en inglés, es un virus común que infecta a personas de todas las edades. Una vez que el CMV entra en el cuerpo de una persona, permanecerá allí de por vida. La mayoría de las infecciones por CMV son “silenciosas”, lo que significa que la mayoría de las personas que están infectadas por CMV no presentan ni signos ni síntomas. Sin embargo, el citomegalovirus puede causar enfermedades en los bebés en gestación.
El CMV se propaga a través de:
No hay medidas que puedan eliminar todos los riesgos de infectarse por el CMV, sin embargo, hay maneras de reducir la propagación de la enfermedad:
Si está embarazada y trabaja en una guardería, para reducir su riesgo de contraer el CMV trabaje con niños de más de 2 ½ años de edad, especialmente si nunca ha sido infectada por este virus o no está segura de haberlo sido.
La mayoría de los niños y adultos infectados por el CMV no presentan síntomas y ni siquiera saben que han sido infectados. Otros pueden tener una forma leve de la enfermedad. Algunos de los síntomas son fiebre, dolor de garganta, fatiga y glándulas inflamadas. Estos síntomas son similares a los de otras enfermedades, por lo que la mayoría de las personas no saben que están infectadas por el citomegalovirus.
La mayoría de los bebés que nacen con CMV (en otras palabras "citomegalovirus congénito") nunca presentan síntomas ni discapacidades. En caso de que tengan síntomas, algunos desaparecerán aunque otros serán permanentes.
Ejemplos de síntomas o discapacidades causados por el citomegalovirus congénito (esto significa que el bebé tenía el virus al nacer):
Síntomas temporales |
Síntomas o discapacidades permanentes |
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Problemas del hígado |
Perdida de la audición
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