El Diario del Bebé.
El 20 por ciento de las embarazadas sufre alteraciones respiratorias durante el sueño, según ha informado la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) con motivo de la 'XVII Reunión de Invierno Conjunta de las Áreas SEPAR', celebrada en Galicia.
De hecho, un trabajo publicado en la revista 'Thorax' muestra que la prevalencia del síndrome de apnea del sueño en mujeres embarazadas es del 8,4% en el primer trimestre y de 19,7% en el tercer trimestre. Además, el 26,7% de las mujeres presentan síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS) leve en el tercer trimestre y el 4,8% SAHS moderada-severa.
En este sentido, los expertos han avisado de que a mayor índice de masa corporal y mayor edad de la madre, aumenta el riesgo de sufrir SAHS en el tercer trimestre. Además, recuerdan que los trastornos respiratorios del sueño se asocian con resultados cardiovasculares adversos en las mujeres.
"Los datos disponibles en estudios muestran que la presencia de un SAHS bien sea diagnosticado en base a síntomas o bien con polisomnografía, en la mujer embarazada se asocia a hipertensión gestacional y preeclampsia", ha explicado la neumóloga y miembro de SEPAR, Mª José Masdeu.
TRASTORNOS DE HIPERTENSIÓN GESTACIONAL
La especialista ha comentado que las limitaciones de flujo de aire durante el sueño son un posible mecanismo de desarrollo de trastornos de hipertensión gestacional. Asimismo, prosigue, la interrupción del sueño y la intermitente hipoxia y reoxigenación producida por el trastorno respiratorio conllevan un aumento de la actividad simpática, estrés oxidativo, disfunción endotelial e inflamación.
"El tratamiento del SAHS con presión positiva en la vía aérea (CPAP) es totalmente seguro en pacientes embarazadas. Un correcto cumplimiento de este tratamiento asegura una mejora de la salud respiratoria durante el sueño y una reducción de la fatiga. Los cambios en la postura para dormir, controlar el peso y evitar el consumo de alcohol y antidepresivos son también consejos muy beneficiosos para la salud de la madre y el futuro hijo", ha apostillado.
En concreto, los trastornos del sueño durante el embarazo se caracterizan por episodios de insomnio o somnolencia excesiva. Así, durante el primer trimestre de gestación, la madre puede experimentar somnolencia excesiva debido a los cambios hormonales y bioquímicos.
Esta somnolencia puede progresar a insomnio severo durante el último trimestre a causa de la incomodidad, la distensión de la vejiga y el movimiento fetal. Y es que, el embarazo por sí mismo es un factor de riesgo para desarrollar una apnea de sueño ocasional o empeorar el que ya está diagnosticado.
Además, las alteraciones hormonales y metabólicas maternas observadas en los trastornos respiratorios del sueño afectan negativamente en el ambiente uterino, siendo la hipoxemia intermitente el mecanismo más plausible de los posibles efectos adversos en el feto.
"El ronquido habitual y el SAHS son factores de riesgo del desarrollo de diabetes tipo 2, intolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina. Los trastornos respiratorios del sueño pueden afectar al feto y también a nivel neonatal", ha zanjado Masdeu.
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