El Diario del Bebé.
Durante el embarazo, sabemos que se van a producir cambios físicos claros en la gestante: los que van a poder permitir su adaptación a su nueva situación y los que le van a provocar molestias, dudas, consultas médicas… Pero no debemos olvidar que existen también cambios psicológicos que se van a producir durante este periodo, y que se encuentran influidos por los cambios sociales que se van produciendo: aumento de la familia, cambio en la relación de pareja y amigos, aumento de responsabilidad, cambio de estilo de vida…
En estos cambios durante el embarazo van a influir aspectos como la adaptación psicológica que debe asumir la gestante a la aparición de un nuevo ser en un futuro próximo, las modificaciones biológicas que se van a producir durante el embarazo y los importantes cambios sociales asociados a la gestación.
Emociones y sensaciones según la etapa del embarazo.
Primer trimestre. Los cambios psicológicos en el primer trimestre de embarazo están caracterizados por la ansiedad y la inestabilidad emocional. Las náuseas de la gestación, el aumento del sueño, y los primeros cambios físicos causan estrés y colaboran en este malestar. La ansiedad se genera por el cambio producido hacia un estado desconocido y por las dudas sobre la evolución del embarazo.
Segundo trimestre. Durante esta etapa, la adaptación emocional al hecho de estar embarazada se caracteriza por la estabilidad. La embarazada comienza a tomar conciencia de su estado: aparecen los primeros cambios físicos, comienza a percibir los movimientos fetales y se empieza la relación madre-hijo. Disminuye la ansiedad y el temor sobre el buen o mal desarrollo del embarazo.
Tercer trimestre. Se caracteriza por la sobrecarga de la futura mamá. A los cambios corporales que asocian cansancio y molestias, se unen los emocionales y el estrés de todo lo relacionado con el próximo nacimiento del bebé: compra de muebles, carritos, ropa, aumento de las consultas médicas, visitas familiares... Durante este último trimestre se comienzan a notar las contracciones uterinas, que influyen en la ansiedad sobre la proximidad del parto, el miedo al dolor, o la posibilidad de que tu hijo tenga algún problema no detectado. Durante todos estos meses puede ocurrir que las presiones externas, los consejos, las experiencias de los demás puedan ayudarnos a superar estos procesos de adaptación; en otras ocasiones pueden ser origen de más dudas y ansiedad. La embarazada es la que conoce sus necesidades y la que debe permitir o no la proximidad del resto de personas a su entorno.
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