Durante el embarazo, debido a la variación en los niveles hormonales, se producen cambios en la piel que desaparecerán tras el parto. Algunas mujeres lucen un cutis espectacular mientras que otras ven cómo la gestación afecta de una manera menos positiva a su piel. En líneas generales, higiene, hidratación y protección frente al sol son los cuidados recomendados.
LOS CAMBIOS MÁS FRECUENTES
Acné: Suele intensificarse en mujeres ya propensas anteriormente, aunque existen casos en los que es en esta época cuando notan una mejoría. Para tratarlo, es indispensable una buena limpieza de la piel; lavarse con demasiada frecuencia la resecará siendo contraproducente. Nunca deben tomarse medicamentos para tratarlo sin consultar con el dermatólogo.
Arañas vasculares: Por acción de los estrógenos pueden aparecer estas pequeñas arterias dilatadas en cara, escote y brazos. No deben preocuparnos.
Cloasma: El oscurecimiento de la piel de la cara (frente, sienes, alrededor de los ojos o nariz) se produce en algunas mujeres, dándose con mayor frecuencia en aquellas con el cabello oscuro y la piel clara. Se recomienda protegerse adecuadamente del sol, incluso de su reflejo.
Erupciones: Como consecuencia del aumento de la sudoración, suelen aparecer erupciones cutáneas. Para impedir que el calor las intensifique, evitaremos las horas más conflictivas (entre 12 de la mañana y 4 de la tarde), utilizaremos ropa suelta de algodón y un sombrero para cubrirnos la cabeza.
Cutis saludable: Durante el embarazo, las glándulas de la piel secretan aceite proporcionando luminosidad a la cara y un brillo muy saludable.
Estrías: Al estirarse la piel, llega a “romperse” dejando una marca blanquecina o rojiza llamada estría. Su aparición está condicionada genéticamente. Para combatirlas, buena hidratación y una crema específica especialmente en el último trimestre.
Hinchazón: Como consecuencia del aumento de la circulación de la sangre, es posible que los párpados y la cara se hinchen, especialmente por las mañanas alrededor del tercer trimestre. Consultaremos con el médico para descartar otros problemas si va acompañada de un aumento repentino de peso.
Línea alba: Debido al exceso de pigmentación de la piel, a muchas mujeres les aparece una línea negra que va del esternón al pubis y que irá desapareciendo tras el parto según transcurran los meses. Aunque sea antiestético no debemos depilar ese vello ni tomar el sol en la zona.
Lunares: Debido al estímulo hormonal sobre la melanina, pueden salirnos más o pigmentarse los que ya teníamos. Consultaremos con el dermatólogo en caso de que un lunar aumente considerablemente de volumen.
Oscurecimiento de la piel: Es habitual el oscurecimiento de aquellas regiones de la piel que son más oscuras que el resto (pecas, lunares, areolas, pezones).
Papilomas cutáneos: Pequeños tumores benignos que pueden aparecer en cuello, senos o axilas siendo extirpados fácilmente por un médico.
Prurito: Durante el segundo y tercer trimestre, es habitual que la embarazada sienta picor en la piel, en especial en el abdomen, las mamas o los muslos. El agua muy caliente causa sequedad en la piel; la evitaremos en la ducha diaria. Asimismo, el aumento del estrógeno puede causar picazón y enrojecimiento de las palmas de las manos. Antes de iniciar un tratamiento consultaremos siempre con el médico, ya que algunos pueden resultar peligrosos durante la gestación.
Verrugas: Pueden aparecer diminutas verrugas en zonas como el cuello, las axilas o las manos. Tras el parto, acudiremos a la consulta del dermatólogo que nos indicará cómo proceder en caso de que no desaparezcan.
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El diario del bebé