El Diario del Bebé.
Las madres con obesidad o sobrepeso en el embarazo tienen un 30% más de probabilidades de tener hijos asmáticos, según el estudio realizado en el Hospital Pediátrico de Pittsburgh. Los resultados, publicados en la revista "Pediatrics", incluyen estudios anteriores que evaluaron el asma en distintas edades de los niños, desde poco más de un año hasta los 16. Las conclusiones respaldan más de una docena de estos estudios que también encontraron relaciones entre el peso de la madre en el embarazo y el riesgo de asma de su hijo, pero los propios investigadores reconocen y lamentan no poder probar cómo la obesidad de la madre sería causa directa del asma infantil, aunque sí citan algunos factores involucrados.
Desarrollo de pulmones y vías respiratorias del bebé
Uno de ellos es la inflamación que produce la obesidad y que puede contribuir a padecer diabetes o enfermedades cardiacas. De hecho, los expertos consideran que quizá esa inflamación en la madre de alguna manera afecta a los pulmones y vías respiratorias en el desarrollo del bebé.
Otro de los factores que han observado es que los nutrientes que las madres toman en dietas saludables podrían proteger a sus hijos del asma. A ello también une una posible predisposición genética a la obesidad y al asma, aunque añaden que lo más probable es que se trate de una combinación de todos estos factores.
El exceso de peso agrava la enfermedad
Para su investigación, los pediatras del Hospital de Pittsburgh revisaron 14 estudios anteriores en los que se aseguraba que la obesidad se relaciona con un mayor riesgo de padecer asma y que en los niños asmáticos el exceso de peso aumenta la gravedad de la enfermedad. Los informes habían analizado pruebas en más de 100.000 casos.
El riesgo de asma en el hijo era un 36% más alto entre madres que habían sido obesas durante el embarazo. Incluso entre mujeres sin antecedentes de asma, el efecto de la obesidad suponía un alto riesgo.
Antecedentes maternos y humo del tabaco
A la vista de los resultados, un neonatólogo del Hospital Pediátrico de Miami advierte de los numerosos interrogantes que se plantean y de la necesidad de tener en cuenta también los antecedentes de asma de la madre y la exposición del bebé al humo del tabaco, entre otros. El médico añade que está probado que la obesidad materna y un mayor peso en el embarazo son perjudiciales para la madre y para el bebé, que puede sufrir bajo peso al nacer, nacimiento prematuro o cesárea. Y concluye: hay motivos a corto plazo para que las madres cuiden su peso durante el embarazo, y ahora parece que también los hay a largo plazo.
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