El Diario del Bebé.
La Fundación Española de Nutrición ha manifestado que los alimentos típicos de la Navidad, ya sean dulces o salados, no son perjudiciales en sí mismos sino que es la cantidad y el descontrol alimenticio personal lo que les convierte en un inconveniente para nuestra salud.
De hecho, desde el punto de vista compositivo, los dulces más típicos de esta época son altamente nutritivos. El turrón contiene azúcar pero en su composición lleva también frutos secos, así como los mantecados y polvorones que están elaborados con aceite de oliva o manteca de cerdo, por lo que no llevan grasas hidrogenadas.
Por lo tanto, los excesos navideños no deben ser motivo alguno de obsesión, siempre y cuando se mantenga un equilibrio compensatorio, con lo que aconseja practicar más vida activa y menos sedentarismo ante el consumo extra de dulces.
Desde el punto de vista de los hábitos alimentarios, puesto que deben servir para recordar lo que se comían antiguamente: legumbres y verduras, una opción, a su juicio, perfecta para las cenas y comidas de Navidad.
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