Durante el embarazo, una elevada ingesta de alimentos con un alto contenido de acrilamida, como las patatas fritas, las galletas, los cereales o el café, provoca que el recién nacido tenga un peso menor y una circunferencia de cabeza más pequeña. La acrilamida es una sustancia química que se origina al freír, asar o tostar alimentos ricos en carbohidratos como patatas y bollería.
Esta es la conclusión que se desprende del estudio dirigido por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) y la Universidad de Estocolmo. Dicho estudio llega a cuantificar en 132 gramos la diferencia de peso entre los bebés cuyas madres estuvieron expuestas a altos niveles de acrilamida y en 0,33 centímetros el tamaño de sus cabezas.
UN ESTUDIO A NIVEL INTERNACIONAL
El estudio se realizó a nivel internacional sobre la dieta de mil cien mujeres embarazadas y sus hijos en Dinamarca, Inglaterra, Grecia, Noruega y España. Los investigadores afirman "sin duda" que la dieta está detrás de la diferencia de peso detectada.
"El efecto estimado del alto nivel de exposición a la acrilamida sobre el peso del bebé al nacer es comparable al efecto adverso conocido del tabaquismo", ha asegurado el coordinador del trabajo Manolis Kogevinas.
Asimismo, el CREAL ha recordado que un peso bajo está relacionado con efectos adversos para la salud durante los primeros años de vida y posteriormente, como una altura reducida, el aumento de la incidencia de enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la osteoporosis.
En el estudio han participado veinte centros de investigación de Europa, entre ellos el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM). La investigación forma parte del proyecto NewGeneris, integrado en el VI Programa Marco de la Unión Europea en el área de calidad y seguridad alimentaria, con el objetivo de analizar el papel de la exposición química a través de la dieta durante el embarazo.
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