Son dos puntos blandos en la parte superior de la cabeza del bebé en los que los huesos no se han soldado, permitiendo así el crecimiento de la cabeza. Estos puntos van disminuyendo de tamaño a medida que los huesos se van uniendo. Están cubiertos de una gruesa membrana protectora.
En la fontanela que está cerca de la coronilla se puede ver y sentir el pulso del bebé. Deberá cerrarse en torno al tercer mes de vida. La otra, situada en la parte superior de la cabeza, se cerrará alrededor de los 18 meses.
Si una fontanela se hunde, sobresale o se endurece antes de lo debido hay que consultar al pediatra.