Intoxicación grave causada por una neurotoxina bacteriana producida por la bacteria Clostridium botulinum.
Las toxinas que lo causan se encuentran en la tierra, en alimentos mal preparados o mal conservados (carnes y verduras). También puede ser contaminado por un uso inadecuado de esa toxina con propósitos estéticos.
En recién nacidos y bebés, la exposición al botulismo suele deberse a la miel cruda y a otros alimentos sin cocinar.
Sus síntomas son: estreñimiento, vómitos, diarrea, náuseas, dolor abdominal, mareos, dificultad respiratoria, para succionar y tragar, boca seca, debilidad, pérdida del tono muscular, apatía, llantos débiles.