Empezar a conocer a nuestro bebé tiene como ventaja que enseguida observaremos cómo es su personalidad, de tal manera que podremos detectar si hay algún cambio en su comportamiento que nos indique si está malito. Los síntomas más frecuentes de que el bebé está pachucho son la fiebre, los vómitos, la diarrea, el dolor de oído y la tos. Para quedarnos más tranquilos, confiaremos en nuestra intuición y acudiremos al pediatra.
En los siguientes casos no sólo acudiremos al pediatra sino que lo haremos con urgencia:
- Somnolencia y pasividad
- Desmayo o inconsciencia
- Situaciones de asfixia
- Llanto potente
- Quemaduras y picaduras
- Golpes en la cabeza y heridas aparatosas
- Convulsiones febriles
- Come o bebe menos de lo habitual
- Expulsa menos orina de lo habitual
- Vomita constantemente rechazando la comida
- Diarrea persistente
- Expulsa sangre con las deposiciones
- Tiene la temperatura alta (39ºC) y no logramos bajarla
- Tiene tos grave o expulsa flema
- Parece que le cuesta respirar o no puede tragar
- Labios amoratados
- Tiene una o más manchas de color rojo violáceo
- Palidez y espuma en la boca
- Tiene la barriga hinchada
Según la Asociación Española de Pediatría, las causas más frecuentes por las que los papás acuden a urgencias son: problemas respiratorios, síndrome febril, lesiones cutáneas, gastroenteritis, traumatismos, heridas, cólicos, otitis, intoxicaciones y presencia de cuerpos extraños.
El diario del bebé