El Diario del Bebé.
El frío, la lluvia y el viento traen con ellos los primeros catarros, bronquitis y laringitis, entre otros.
La tos y la fiebre, que suelen acompañar a estas patologías, son las causas más frecuentes de las visitas a las urgencias pediátricas durante estos meses.
Según explican expertos en Pediatría y Neonatología del Hospital La Milagrosa de Madrid, no se trata de procesos que habitualmente revistan gravedad pero suelen generar ansiedad en los padres y, ante la duda, conviene acudir al médico quien podrá orientarles al valorar el estado del niño o bebé.
LA TOS
La tos es un mecanismo de defensa que ayuda a mantener las vías respiratorias limpias extrayendo las secreciones. Si se eliminara la tos, habría más mucosidad y por tanto mayor dificultad respiratoria, advierten los pediatras.
Normalmente es producida por infecciones de las vías respiratorias altas, es decir, los catarros. Concretamente, está causada por virus y no requiere de medicación, sino que el propio catarro cede al cabo de unos días. En este sentido, los doctores recuerdan que, al ser un proceso vírico, los antibióticos están contraindicados.
Es más, advierten de que la tos aguda no debe tratarse con calmantes para la tos ni mucolíticos, salvo prescripción médica. Además, recuerdan que no está demostrado clínicamente que estos medicamentos sean eficaces en el tratamiento de la tos.
Como medidas de prevención, recomiendan lavarse las manos con frecuencia, una de las principales medidas preventivas para evitar el contagio.
Ante un niño que tiene frecuentes ataques de tos, los pediatras recomiendan:
Si la tos no remite, los pediatras recomiendan acudir a consulta o urgencias en caso de aparecer dificultad respiratoria, si se acompaña con fiebre más de tres días, si la tos o los mocos duran más de 15 días o si el niño presenta dolor de oídos o supura.
LA FIEBRE
Es importante saber que la temperatura inferior a 38º es febrícula y por tanto no requiere medicación. Es a partir de 38 grados cuando se debe comenzar con antitérmicos.
La fiebre, al igual que la tos, es también un mecanismo de defensa del organismo. Es una reacción del cuerpo ante una infección vírica o bacteriana.
El objetivo de la aplicación de los antitérmicos es que la fiebre baje. No se debe esperar que si el niño tiene 39 de fiebre el antitérmico la elimine por completo, pero si baja medio grado o un grado, es buena señal.
Respecto a las convulsiones febriles, no todos los niños llegan a convulsionar. Los niños que lo hacen suelen tener una predisposición genética o familiar. En el caso dec onvulsionar hay que evitar que le niño se haga daño con alguna superficie y acudir al médico para que lo valore.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en Facebook y Twitter
El diario del bebé