La otitis es una de las enfermedades más frecuentes en la infancia y consiste en una inflamación que puede afectar a diferentes partes del oído. Pero ¿cuáles son sus síntomas? ¿Existen diferentes tipos de otitis? Descubre en qué consiste y cómo actuar para combatirla.
Por Redacción, 08-05-2018 07:06:00El Diario del Bebé.
La otitis es una de las enfermedades más frecuentes en la infancia y consiste en una inflamación que puede afectar a diferentes partes del oído. Pero ¿cuáles son sus síntomas? ¿Existen diferentes tipos de otitis? Descubre en qué consiste y cómo actuar para combatirla.
Otitis media
Las otitis medias se manifiestan, normalmente, por la noche y suelen causar fiebre. En muchos casos, el dolor de oídos aparece y desaparece, aparentemente sin ningún motivo preciso. Esto se debe, en parte, a que los nervios del oído están conectados a los de muchas otras partes del cuerpo, como por ejemplo los del cuello, de los dientes, del esófago, de la garganta y de las amígdalas. Cuando una de estas partes sufre un trastorno o está afectada, el oído puede resentirse.
Si no sobreviene una infección, el niño no presenta síntomas específicos ni fiebre, aunque sí que nota la sensación de tener el oído tapado, lo que le causa molestia y le empuja a introducirse el dedo en la oreja. Sin embargo, en el caso de que se forme pus en el oído, se habla de otitis media serosa: el niño siente mucho dolor, tiene fiebre, está irritable, no quiere comer y puede sufrir, incluso, vómitos y diarrea. A veces, debido a la presión de pus, el tímpano, la fina membrana que separa el oído externo del oído medio, se puede perforar. Es entonces cuando el dolor disminuye, la mucosidad sale por el oído y, en la mayor parte de los casos, ésta es la señal del inicio de la curación.
En caso de otitis media, casi siempre es necesario recurrir a los antibióticos, que siempre deben estar prescritos por el pediatra. Si la otitis no se resuelve en unos 10-15 días, el médico puede prescribir un segundo ciclo de antibióticos hasta su curación.
- Durante la enfermedad, muchos médicos aconsejan suspender la leche y sus derivados (yogur, quesos, etc.) y otros alimentos alergizantes, como el maíz, los arándanos, los huevos o los cítricos.
- Para aliviar el dolor de oído al niño, se puede aplicar sobre la oreja del niño una bolsa de agua caliente envuelta en un paño, o bien un cojín que esté calentito.
- En el caso de que se trate de un lactante, se le puede aplicar sobre la orejita un pañito blando y caliente para intentar calmarle.
- Es importante mantener húmedo el ambiente de la habitación en la que el niño afectado por una otitis duerme. Un ambiente demasiado seco puede irritar las mucosas de la nariz y de la garganta.
Otitis externa
En caso de otitis externa, el niño siente picor y dolor, y tiene la sensación de tener la oreja tapada. Si se toca o se tapa la oreja, el dolor aumenta. Este dolor está provocado por la hinchazón del canal auditivo externo, que está enrojecido, hinchado y duele. En este caso, se habla de otitis externa o del nadador.
La causa más frecuente son los microorganismos presentes en el agua de las piscinas y el cloro que se echa para combatirlos. Si se toman algunas pequeñas precauciones, se pueden reducir las posibilidades de contraer una infección.
- Después del baño, sobre todo si el agua no está muy limpia, es necesario limpiar bien el conducto auditivo del niño, dejando correr el agua por su interior y secándolo luego cuidadosamente.
- También es importante mantener secas las orejas del niño. Para hacer salir el agua del canal auditivo, hay que poner la cabeza del niño de lado y estirar delicadamente el pabellón auricular en distintas direcciones.
- Se debe prestar atención a no introducir en la oreja del niño sustancias irritantes, como jabón o champú.
Cuándo dirigirse al pediatra
Hay que llamar inmediatamente al pediatra si:
- El dolor o las secreciones que salen de la oreja están acompañados de vértigos y ganas de vomitar.
- El dolor de oídos es muy fuerte y el niño grita de dolor o llora sin motivo.
- El niño tiene el cuello rígido.
- No consigue caminar normalmente.
- El dolor dura más de dos horas.
- De la oreja le sale una secreción purulenta.
- La fiebre es superior a 38 ºC.
- Los síntomas no mejoran pasadas 48 horas del inicio del tratamiento.
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