La dislalia, una alteración de la articulación de ciertos fonemas, es uno de los trastornos más comunes entre los niños. Según los logopedas, esta dificultad es habitual en el proceso de adquisición del habla
Por Redacción, 02-10-2016 07:47:00El Diario del Bebé.
La dislalia consiste en una alteración de la articulación de ciertos fonemas. Dependiendo del tipo de dislalia, se omiten algunos fonemas o bien se cambian por otros.
Este trastorno del habla suele identificarse con una dificultad para pronunciar el fonema /r/, especialmente la /r/ tensa que aparece en palabras como perro o risa.
Con frecuencia, esta dificultad también surge al pronunciar la /r/ simple, como en el término cara, además de otros fonemas como /s/ o grupos consonánticos que incluyan /r/ o /l/ (/gra/, /tra/, /cla/).
El aprendizaje del habla es un proceso lento y no se produce de igual forma en todos los niños. Generalmente, el desarrollo fonético se alcanza con la edad de los seis o siete años. La mayoría de los pequeños pronuncia correctamente los fonemas más fáciles /p/, /t/, /k/ cuando ya tienen cinco años y un poco más tarde, a los cinco o seis, ya pronuncian el fonema /r/.
Sin embargo, esto no significa que los niños se hagan con estos fonemas antes de tiempo, por ejemplo a la edad de cuatro años, o que tarden un poco más.
De hecho, existe una fase en el proceso de adquisición del habla que se caracteriza por una dislalia evolutiva y que suele aparecer entre los tres y cuatro años. No hay que preocuparse si al niño de esta edad le cuesta pronunciar palabras que contienen un fonema /r/ tenso, puesto que forma parte de su proceso madurativo.
No insistir
Los especialistas aclaran que, en ocasiones, el exceso de preocupación a destiempo por parte de los padres, puede desencadenar un efecto contraproducente.
Si un niño de cuatro años no pronuncia bien el fonema /r/, lo mejor es dejar que él mismo se corrija con el tiempo. Insistir con angustia para lograr la pronunciación correcta podía revertir en la aparición de una disfemia o tartamudez. El niño se daría cuenta de que algo falla en su forma de hablar y perdería confianza en sí mismo, lo que podría generar este trastorno.
Por este motivo, los especialistas aconsejan recurrir siempre a un logopeda que ayude a clarificar los casos dudosos para los padres. Los profesionales establecen en la edad de siete años la posibilidad de realizar un diagnóstico definitivo de la dislalia.
Con esta edad se puede definir si el tipo de dislalia se debe a una mala coordinación de los órganos que están implicados en el habla, como la lengua, o a una deficiencia auditiva por la que se confunden los sonidos. En algunos casos, pueden influir aspectos medioambientales como convivir con un familiar que también presenta dislalia.
El tratamiento de la dislalia suele ser eficaz en prácticamente todos los casos. Los logopedas trabajan con los niños durante un tiempo relativamente corto de tiempo, que puede ir de dos meses a un año, más o menos, dependiendo del grado de dislalia que se aborde. Esta facilidad para erradicar la dislalia hace del trastorno una alteración benigna, que detectada a tiempo no tiene por qué malograr el desarrollo cognitivo del niño.
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