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Vacuna de la tosferina

La tosferina es temida en los bebés y pone en peligro sus vidas. La vacunación de los niños y los adultos que los rodean puede conseguir prevenirla, para ello la Asociación Española de Pediatría (AEP) da consejos sobr la vacuna del Tétanos a través de su Comité Asesor de Vacunas

Por Redacción, 16-04-2015 08:03:00
© diario del bebe

El Diario del Bebé.

La tosferina es una enfermedad infecciosa que, al principio, parece un resfriado más, pero que luego se sigue de una tos persistente característica durante varias semanas, en forma de ataques que casi no dejan ni respirar, por lo que a veces se oye el típico gallo al coger aire, después de una salva de toses repetidas. Con frecuencia estos accesos finalizan con vómitos.

Es una enfermedad muy molesta en los mayores, pues también afecta a los adultos, y muy peligrosa en los más pequeños, pudiendo ser causa de ingreso en una unidad de vigilancia intensiva de los bebés por insuficiencia respiratoria y crisis de cianosis (color azul de la piel por falta de oxígeno).

La produce la bacteria Bordetella pertussis y se contagia, como otras infecciones respiratorias, por el aire o por contacto con objetos contaminados por un enfermo, como, por ejemplo, las manos.

¿Qué vacunas hay contra esta enfermedad?

La vacuna contra la tosferina es una vacuna inactivada (es decir, compuesta por organismos que no están vivos) que forma parte de vacunas combinadas. Estas incluyen varios componentes además del de la tosferina, de manera que no está comercializada como vacuna individual por separado. Concretamente, se administra junto a la del tétanos y la difteria.

Actualmente forma parte de la vacuna hexavalente y de la pentavalente que se reciben en el primer y segundo años de vida, a los 2, 4, 6 y 15-18 meses, y también en el componente trivalente de los 4-6 años (Tdpa/DTPa). En determinadas comunidades autónomas, también se incluye en la vacuna de refuerzo de los adolescentes, junto con el componente de tétanos y de difteria (Tdpa).

Tabla Vacunas de uso en España que contienen el componente de la tosferina
VacunaComponentes
Hexavalente Tosferina, tétanos, difteria, H. influenzae tipo b, polio y hepatitis B
Pentavalente Tosferina, tétanos, difteria, H. influenzae tipo b y polio
DTPa Tosferina, tétanos y difteria
Tdpa Tosferina, tétanos y difteria (la primera y la última, de baja carga)

¿Cómo se administra la vacuna?

La vacuna de la tosferina está incluida en las vacunas inyectables habituales que se aplican a los niños en el muslo o en el brazo, según la edad. Los preparados que contienen como componente la vacuna de la tosferina pueden administrarse simultáneamente con otras vacunas.

¿Deberían vacunarse contra la tosferina adolescentes y adultos?

La protección de la vacuna para bebés y niños pequeños disminuye con el tiempo. Por ello, una vacuna de refuerzo en la adolescencia ayudaría a mantenerse protegido contra la enfermedad y a evitar trasmitirla a recién nacidos y lactantes que aún no estuvieran protegidos. La mejor edad para la administración de esta vacuna es entre los 11 y 12 años, dado que solo la mitad de los vacunados mantienen la protección que confiere la vacuna cuando pasan 5 años desde que recibieron la última dosis. En nuestro país, la Comunidad de Madrid y la ciudad autónoma de Melilla incluyen en sus calendarios vacunales una sexta dosis en la adolescencia.

¿Qué ocurre en el resto de países? En Estados Unidos, Canadá o México y otros tantos países europeos (Austria, Francia, Alemania Finlandia, Islandia, Irlanda, Grecia, Israel, Italia, Luxemburgo, Suiza y Noruega) se recomienda la dosis de recuerdo en la adolescencia. La edad de administración de esta dosis es variable, entre los 9 y los 17 años, aunque en la mayoría de los países se pone a los 14 años.

La vacunación de los adultos ayudaría a proteger a los bebés, que son particularmente vulnerables a la enfermedad. En España, las recomendaciones del Ministerio de Sanidad para las personas que han sido correctamente vacunadas en la infancia contemplan la administración de una única dosis de la vacuna para el tétanos y difteria a los 65 años de edad. En Francia y Alemania, por ejemplo, los expertos aconsejan que los adultos que hayan recibido la última dosis de la vacuna de la tosferina hace más de 10 años reciban otra dosis. En el caso de Bélgica, se recomienda la vacunación del entorno familiar del niño, pero también de los profesionales sanitarios y de los cuidadores de la guardería.

En cuanto a las mujeres embarazadas, tras el aumento de casos de la última década, el Reino Unido comenzó en el año 2012 la vacunación sistemática de las mujeres embarazadas, medida que ha sido adoptada en España, de momento, por Cataluña y Asturias.

¿Cuáles son las reacciones adversas de la vacunación?

La vacuna de la tosferina es muy segura y eficaz para prevenir la enfermedad.

La vacunación de la tosferina protege al niño, pero también a otras personas que no pueden ponerse la vacuna, especialmente a los bebés recién nacidos aún no vacunados, que pueden enfermar gravemente y morir por esta enfermedad.

Las vacunas, al igual que cualquier otro medicamento, pueden tener efectos secundarios. En la mayoría de las ocasiones son muy leves. Los más frecuentes son fiebre, leve hinchazón o enrojecimiento en la zona de la inyección, o ligera irritabilidad o somnolencia en los días siguientes a su administración. Excepcionalmente puede aparecer llanto persistente, alteraciones neurológicas o reacciones alérgicas.

¿Cuándo está contraindicada la vacuna de la tosferina?

Al igual que cualquier vacuna, está contraindicada cuando se haya tenido una reacción alérgica intensa por alguno de sus componentes y también si se ha sufrido enfermedad cerebral (encefalitis) tras una dosis previa. Se recomienda no administrar tampoco en caso de enfermedad grave hasta que esté controlada. Aun no siendo contraindicaciones estrictas, se debería tener precaución si se padece una enfermedad neurológica progresiva, también cuando dosis anteriores hayan provocado fiebre de 40,5 ºC o un episodio de flacidez y falta de respuesta persistente en las 48 horas siguientes a su administración. Por último, un llanto de más de 3 horas tras la vacunación debería considerarse un dato de precaución para sucesivas dosis, al igual que la aparición de convulsiones en las 72 horas posteriores a la aplicación de la vacuna.


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