El Diario del Bebé.
Una de las primeras causas de consulta pediátrica suele ser la regurgitación del bebé, o eliminación de parte del contenido del estómago por la comisura de los labios.
Es habitual que después de una toma el bebé regurgite o vomite un poco, especialmente el recién nacido. Tras el nacimiento, el aparato digestivo requiere un tiempo para empezar a funcionar así que, en principio, no es extraño ni motivo de preocupación si expulsa parte del contenido del estómago después de comer.
A medida que pase el tiempo dejará de hacerlo. Mientras tanto, conviene tener a mano un pañito o una gasita para evitar que se manche tanto él como nosotros.
La regurgitación también puede deberse a que el bebé ha comido demasiado y el estómago no puede conservar toda la leche (materna o artificial) que ha tomado. Quizá sea conveniente que expulse los gases más a menudo, con lo que probaremos a hacerle eructar suavemente durante y después de las tomas. También suele ser eficaz mantener al bebé en posición vertical después de comer durante veinte o treinta minutos.
¿REGURGITACIÓN O VÓMITO?
El vómito se produce cuando el bebé expulsa con fuerza el contenido del estómago, de forma más violenta y espasmódica y por lo general en grandes cantidades. Por el contrario, en la regurgitación se elimina tan poca cantidad que no impide que el niño siga cogiendo peso. La mayoría de los bebés vomitan de vez en cuando y por distintas causas.
Si las regurgitaciones persisten, o se convierten en vómitos frecuentes en proyectil, consultaremos con el pediatra. El vómito adquiere la calidad de proyectil cuando se produce de forma violenta, expulsando el contenido del estómago a cierta distancia, aproximadamente a más de 60 centímetros.
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El diario del bebé
Ante cualquier duda consulte siempre con su médico o pediatra.
