El Diario del Bebé.
La introducción retardada del gluten en la alimentación no parece prevenir la enfermedad celíaca en los niños en riesgo, según un estudio internacional liderado por investigadores asociados al Centro de Investigación Celíaca y Tratamiento en Mass General Hospital para Niños (MGHfC) en Massachusetts en Estados Unidos.
La asociación de factores genéticos con el riesgo de gluten tiene implicaciones importantes para el diagnóstico; hasta ahora algunas teorías hablaban de la posibilidad de retardar o prevenir la enfermedad exponiendo a los hijos de padres con la enfermedad autoinmune a pequeñas ingestas de gluten. Ahora, está investigación desafía algunas de las ideas actuales sobre las posibles medidas a tomar.
El informe, publicado en 'New England Journal of Medicine' (NEJM), concluye que la pérdida de la tolerancia al gluten -un compuesto de proteína presente en el trigo, centeno y cebada- es un proceso dinámico y que ni la lactancia materna o retrasar la introducción de alimentos que contienen gluten ofrece significativo la protección contra la enfermedad.
"Uno de nuestros hallazgos más importantes fue que el momento de la introducción del gluten -ya sea temprana o tarde en el primer año de vida- no cambia para el desarrollo posterior de la enfermedad celíaca", dice Carlo Catassi, codirector del Centro de Investigación Celíaca y el Tratamiento e investigador principal del estudio.
"Mientras que los estudios anteriores dieron lugar a la hipótesis de que había una ventana de tiempo, entre los 4 y 7 meses de edad, durante el cual el gluten con seguridad podría ser introducido a los niños en riesgo, nuestros resultados indican que podemos decirle a la madre que no se preocupe tanto de cuándo introducen el gluten en la dieta de sus hijos", explica.
El director del Centro de Investigación Celíaca y Tratamiento y coautor del informe NEJM, Alessio Fasano, destaca que de los diversos factores estudiados, "es muy claro que los antecedentes genéticos es con mucho el más importante para determinar que los bebés desarrollan esta condición autoinmune. Nos sorprendió especialmente que la lactancia materna a cualquier edad siempre tenga un efecto protector".
Los resultados previenen de una investigación realizada entre 2003 y 2008, y se llevó a cabo en más de 700 bebés en situación de riesgo debido a la presencia de la enfermedad celíaca en un pariente de primer grado (padres o hermanos). En la investigación realizada en 20 centros en Italia, los participantes fueron asignados aleatoriamente en dos grupos, en el primero se introdujo el gluten a los 6 meses de edad, y en el segundo a los 12 meses.
EN MARCHA NUEVOS ESTUDIOS
Los investigadores realizaron un seguimiento durante al menos cinco años, durante los cuales se realizaron las pruebas periódicamente para detectar la presencia de los factores del sistema inmunológico que indican reacciones autoinmunes asociadas al gluten. Cuando se detectaron signos de autoinmunidad, se llevaron a cabo biopsias intestinales para determinar si la enfermedad celíaca se había desarrollado.
Mientras que un mayor porcentaje de niños que habían sido introducidas al gluten a los 6 meses tenían evidencia de una posible enfermedad celíaca en los dos años de seguimiento, hubo poca diferencia entre los dos grupos de cinco años. En total, 64 niños en el grupo de 'temprana-introducción' de gluten desarrollaron la enfermedad celíaca, mientras que en el grupo de 'tardía-introducción' lo hicieron 53, una diferencia que no se consideró estadísticamente significativa.
El único factor que según el estudio aumenta el riesgo a heredar la enfermedad, es la aparición de la molécula HLA en el sistema inmunológico, conocida por estar asociada a la enfermedad celíaca y otros trastornos autoinmunes.
Catassi señala que un simple análisis de sangre del genotipo HLA podría determinar rápidamente qué niños tienen gran riesgo de enfermedad celíaca, "posiblemente, el primer paso hacia los esfuerzos de prevención primaria". El hecho de que el 80 por ciento de los niños que desarrollan la enfermedad celíaca lo hicieran dentro de los tres primeros años de vida, agrega, apunta a la importancia de la detección de los niños cuando llegan a la edad escolar.
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