El Diario del Bebé.
Con la llegada del calor, solemos estar de buen humor ya la temperatura sube y es más agradable salir a la calle. Además, la radiación del sol nos ayuda a sintetizar vitamina D, de tal manera que podamos fijar el calcio a nuestros huesos. La radiación solar es importante para los seres humanos y, en baja cantidad, es beneficiosa.
El problema radica en los efectos del exceso de radiación solar que llega a nuestra piel si no la protegemos como se debe.
LA RADIACIÓN SOLAR
La radiación del sol podemos dividirla (resumiendo mucho) en radiación UVA, UVB e IR (infrarrojos).
La radiación UV-B es la que llega a las capas más externas de la piel y activa la producción de melanina en nuestras células cutáneas tiñéndolas, es decir, poniéndonos morenos. Es esta radiación la responsable de los eritemas superficiales (enrojecimiento) y las quemaduras solares.
La radiación UV-A es la radiación que accede a capas más profundas de nuestra piel, la dermis, y allí pueden tener consecuencias a largo plazo por acumulación de sus efectos. Estas consecuencias son el fotoenvejecimiento, las antiestéticas manchas cutáneas y hasta las alergias al sol. Si el daño persiste en el tiempo, puede llegar a provocar mutaciones en las células de la piel y pueden llegar a convertirse en células cancerosas o precancerosas.
Es bien sabido que la piel tiene memoria así que todas las agresiones que vamos recibiendo desde que nacemos, pasarán posiblemente factura cuando seamos adultos o mayores.
¿CÓMO EVITAR EL DAÑO SOLAR EN BEBÉS Y NIÑOS?
Protegiéndoles. En bebés, no está recomendado el uso de fotoprotectores hasta los seis meses de vida. Esto se debe a que su piel es muy fina, y la superficie de su cuerpo es tan extensa en relación a su peso, que los activos se absorben excesivamente y algunos filtros solares pueden llegar a ser perjudiciales.
Por lo tanto, hay que evitar la exposición al sol de bebés menores de seis meses, tapándoles con gorros, ropita y con sombrillas (las hay que están elaboradas con tejidos con protección solar). Será importante también hidratarles bien y aumentar la ingesta de leche si piden, o incluso darle agua si lo recomienda el pediatra.
Tanto en bebés mayores de seis meses como en niños, es importante adoptar las siguientes medidas:
¿CÓMO DEBE APLICARSE EL FOTOPROTECTOR?
Es importante seguir siempre las instrucciones del fabricante. Una de las máximas generales en todos los fotoprotectores es aplicarlo en cantidad generosa media hora antes de la exposición al sol, así como repetir su aplicación cada hora o dos horas.
Actualmente existen fórmulas resistentes al agua e incluso fórmulas para ser aplicadas con la piel mojada, así que puedes elegir en la farmacia el fotoprotector que más se adapte al niño, aprovechando el consejo del farmacéutico.
Ana Monente Mozaz es una mamá farmacéutica especializada en el mundo del bebé y la infancia. En su blog blog.cestaland.com, Ana aporta consejos útiles y prácticos sobre embarazo, el bebé, alimentación infantil... Puedes seguirla también en Facebook. Además, través de su tienda online www.cestaland.com se puede enviar a toda España cestas de regalo, canastillas para bebés, tartas de pañales y letras de madera decorativas. ¡Visítala!
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El diario del bebé