El Diario del Bebé.
La primera etapa de crecimiento es crucial para el posterior desarrollo del aparato locomotor del niño. La podología infantil se encarga de corregir las posibles anomalías y busca un tratamiento que procure el correcto desarrollo óseo del pequeño. Irregularidades en los gateos, en la forma de sentarse o complicaciones al caminar suelen ser señales de enfermedades podológicas
La estructura ósea del ser humano se halla en continua evolución a lo largo de toda la vida y las etapas de crecimiento dan lugar a nuevos cambios que pueden suponer la aparición de anomalías. La visita a un podólogo infantil puede ser crucial en el correcto desarrollo del aparato locomotor del pequeño, además existen enfermedades que solo pueden ser tratadas en esta primera etapa de crecimiento.
En la clínica podológica Adela Álvarez remarcan que a partir de una exploración el podólogo infantil detectará si hubo complicaciones durante el parto, un gateo o forma de sentarse anómalos y la edad en la que el niño debe o debería comenzar a caminar. Sin embargo, además de los factores genéticos y circunstanciales, Álvarez subraya la importancia de un correcto cuidado de los pies. Es crucial el uso de un calzado adecuado y cómodo, tanto los recién nacidos como los adolecentes necesitan unos zapatos adaptados a su edad y su estilo de vida. Así un recién nacido no precisará unas deportivas con suela ancha y tejido fuerte, pero sí que será necesario cubrir sus pies para protegerlos.
Los padres deben estar atentos a comportamientos singulares en los movimientos de sus hijos, ya sea en la forma de gatear, caminar, de mantenerse en pie o en el modo de sentarse. La primera visita del niño debería darse a los 4-5 años, siempre que no se hayan detectado anomalías anteriores, y servirá para conocer la estructura ósea de este, así como posibles complicaciones que puedan surgir a lo largo de su crecimiento.
Desde la Clínica Adela Álvarez aseguran que las principales causas de visita suelen ser consecuencia de problemas en la pisada como pueden ser los pies vagos, pies planos o pies supinados. A partir de un estudio de la pisada y una exploración biomecánica y física, el especialista podrá formarse una opinión sobre la situación del niño y determinar el tratamiento más adecuado.
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