El Diario del Bebé.
La llegada de un nuevo bebé a la familia puede provocar un montón de cambios repentinos en la vida familiar. Antes de que nazca el bebé, es lógico que los padres dediquen mucha atención y energía a los preparativos del feliz acontecimiento. Y, después del parto, la mayor parte de la atención de toda la familia se centrará en colmar las necesidades básicas del recién nacido
Todos estos cambios pueden ser difíciles de sobrellevar para el hermano/a mayor. No es nada raro que los hermanos mayores acumulen resentimiento contra el recién nacido por haberles desplazado del centro de atención, usurpándoles el lugar central en la vida familiar, y que reaccionen ante semejante cataclismo portándose mal.
Usted puede adoptar algunas medidas para ayudar a su hijo/a a sobrellevar lo mejor posible todos estos cambios. Explicándole el embarazo a su hijo/a mayor con un lenguaje comprensible y que tenga sentido para él/ella, teniendo mano izquierda con él/ella e incluyéndolo en el cuidado del recién nacido, podrá hacer mucho más llevadero el proceso de transición para toda la familia.
Durante el embarazo
No hay una forma correcta o incorrecta de explicarle a un niño/a que va a tener un hermanito. Tampoco hay un momento que sea universalmente apropiado para explicárselo, aunque, cuanto más tiempo le dé a su hijo/a para hacerse a la idea, mejor.
A la hora de informar a su hijo sobre el embarazo, déjese guiar por lo cómodo que usted se sienta hablando sobre el tema y por el grado de madurez del niño/a.
Es una buena idea adaptar las explicaciones al lenguaje del niño/a. Por ejemplo, si tiene un hijo/a en edad preescolar, es posible que todavía no domine demasiado el/ella concepto de tiempo, de modo que para él no tendrá demasiado sentido que le digan que el bebé llegará dentro de 9 meses. Puede ser más útil explicarle que el bebé llegará en determinada época del año, como en invierno o cuando haga frío fuera.
En lo que refiere a lo detalladas y específicas que deben ser las explicaciones que le dé a su hijo/a, lo mejor es dejarse guiar por las preguntas del niño/a. Por ejemplo, un niño/a de 4 años puede preguntar: ¿De dónde vienen los bebés? Por raro que parezca, es muy probable que no le interese en qué consiste la reproducción sexual y que tan sólo quiera saber por donde salen literalmente los bebés. Probablemente se contentaría con una respuesta como: “Los bebés vienen del útero, que está dentro del vientre de mamá”. Si el niño/a quiere que le den más detalles, ya lo preguntará.
Si su hijo/a muestra interés por aprender más cosas sobre su futuro hermanito, pueden realizar juntos diversas actividades para fomentar ese interés, como:
También puede informarse sobre las clases de preparación para niños que van a tener un hermanito que se imparten en muchos hospitales. En estas clases, aparte de instruir a los niños sobre cómo se coge a un bebé, se explica la mecánica del parto y otras cosas por el estilo. Y representan una magnífica oportunidad para que los hermanos en ciernes expresen los sentimientos que les suscita la llegada de un nuevo hermanito/a.
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