Jugar a ser mayores es uno de los mayores entretenimientos para los niños de dos años. Hacer que hablan por teléfono, van a la compra, conducen o curan a los bebés les divierte, a la vez que aprenden a ser más autónomos mejorando su destreza, imaginación e inteligencia. En definitiva, evocan situaciones ficticias imitando las que ven en la vida real.
El juego simbólico es el juego infantil por excelencia cuyo elemento clave es la imaginación necesaria para dar vida a sus muñecos y crear representaciones mentales.
Los padres deben respetar y fomentar el juego que realizan sus hijos pues es parte del proceso del desarrollo del niño, que le va a permitir asimilar el mundo que le rodea.
Gracias a estos juegos van ensayando escenas de la vida cotidiana, hábitos de higiene personal y normas de educación básicas. No sólo aprenden acciones sino también actitudes, como el respeto, la colaboración o la igualdad.
INICIO Y EVOLUCIÓN DEL JUEGO SIMBÓLICO
El juego simbólico suele iniciarse hacia los 18 meses de forma individual. Las primeras acciones simulan algo en ausencia de objetos (llorar, dormir, comer). Transcurridos unos meses, sí se utilizarán objetos para realizar acciones, como dormir a un muñeco.
Antes de los tres años, el niño imitará a los padres realizando acciones como hablar por teléfono. A partir de esta edad, comenzará el juego simbólico colectivo donde aprenderá a respetar las normas. Con el tiempo, el juego simbólico terminará transformándose y pareciéndose a la realidad.
BENEFICIOS DEL JUEGO SIMBÓLICO
El juego simbólico es importante porque beneficia al niño en los siguientes aspectos:
El diario del bebé