Dejar el chupete es un momento importante para nuestro hijo, considerándose alrededor de los dos años una buena época para ello. Es vital que no coincida con otro hito en su vida como tener un hermanito, cambiar de casa, el comienzo de la escuela infantil o las vacaciones. Mejor si ya tiene la gran mayoría de piezas dentales ya que su uso le alivia mientras le están saliendo.
Un uso excesivo del chupete está relacionado con un mal crecimiento de los dientes y la otitis de repetición. A partir de los dos años puede provocar la separación de los dientes frontales, pudiendo requerir ortodoncia más adelante. Cada niño tiene su ritmo, serán sus padres los que irán viendo cuándo es el mejor momento para prescindir de él, a no ser que los cambios en los dientes sean evidentes.
Hay niños que una vez dejan el biberón prescinden más del chupete, relegándolo únicamente a la noche. Si es el caso de nuestro bebé, aprovecharemos la ocasión para hacerlo de una forma natural.
EL INICIO DEL PROCESO
El proceso comenzará de forma progresiva haciendo desaparecer el chupete a lo largo del día y dejándolo sólo para el coche o para última hora de la tarde. Mientras está dormido, se lo retiraremos con suavidad.
Podemos hacer partícipe al niño de lo que va a pasar, sin darle demasiada importancia para que no se agobie, especialmente si es mayor. Esconderle el chupete aumentará su enfado o frustración, así que es mejor explicarle las razones por las que es bueno hacerlo.
Por otro lado, nunca compararemos a nuestro hijo con otro niño. Le felicitaremos siempre diciéndole lo orgullosos que estamos de él pero sin castigarle ni enfadarnos en caso de no conseguirlo.
LOS MÉTODOS MÁS SEGUIDOS
El diario del bebé