El Diario del Bebé.
Seguro que has oído alguna vez el caso de alguna madre que ha tenido que abandonar la lactancia por culpa de la aparición de grietas en el pezón.
Durante los primeros días, después de nacer el bebé, lo más normal del mundo es notar molestias, porque los pechos están muy sensibles y la humedad y fricción constantes molestan. Pero una cosa son molestias y otra el dolor derivado de una grieta.
Si aún no has pasado por eso queremos ayudarte para que puedas prevenir cualquier herida de este tipo y si estás sufriendo ya alguna, te explicamos qué puedes hacer para solucionarlo.
¿POR QUÉ APARECEN LAS GRIETAS?
El principal motivo y el más habitual por el que aparecen las grietas en los pezones es una mala posición del bebé al mamar.
Normalmente nadie nos explica como tenemos que poner al bebé al pecho y a veces se hace mal. La boca del bebé debe coger parte de la areola, porque si se succiona únicamente el pezón, la piel se estira demasiado y aparecen las grietas.
No lo parece pero el bebé hace mucha fuerza al mamar, como la piel es tan sensible es muy fácil que se agriete si el bebé no se agarra bien.
Algo que también podemos tener en cuenta es que si el bebé no succiona bien, no tomará tanta leche, por lo que tendrá que estar durante más tiempo mamando. Si además de una mala succión añadimos unas tomas excesivamente largas el resultado son las grietas y el dolor.
QUE SE PUEDE HACER SI TIENES GRIETAS EN LOS PEZONES
Corregir la posición
Lo primero es detectar el problema y buscar una solución. Es decir, corregir la posición del bebé.
El bebé debe abrir muy bien la boca para coger parte de la areola y no sólo el pezón cuando quiera mamar. Un truco para hacerlo es rozar su nariz con tu pezón, su reflejo inmediato será el de abrir mucho la boca.
Si notas dolor cuando te pones el bebé al pecho, no aguantes, a veces son necesarios dos o tres intentos hasta encontrar la posición correcta.
Para separar al bebé no estires, podrías empeorar las heridas. Pon tu dedo meñique en la comisura de su boca para romper el vacío y así podrás desengancharlo.
Pezoneras
Como medida temporal las pezoneras de silicona pueden ayudarte a reducir las molestias. No siempre es efectivo pero si se utilizan durante algunas tomas puede darte un respiro, justo el tiempo necesario para que la piel pueda empezar a cicatrizar
Utilizar un sacaleches
Otra opción es utilizar un extractor y ofrecerle la leche al bebé con un biberón. Si tu intención es darle el pecho no debes prolongar demasiado las tomas con biberón, pero si la herida te duele puede ser una opción.
Pomadas y parches de hidrogel
Si puedes, deja el pecho al aire para que la herida cicatrice mejor y más rápido. Si quieres para evitar el roce con la ropa, el sujetador o los discos de lactancia, puedes utilizar pomadas de lanolina o también parches de hidrogel. No curan pero pueden disminuir las molestias y proteger un poco más las heridas.
Si la grieta se infectase, no te apliques nunca leche al terminar la toma y acude al médico para que te revise el estado de la herida. A veces es necesaria alguna pomada antibiótica. No te preocupes porque existen muchos medicamentos compatibles con la lactancia materna.
Para terminar sólo queremos recordarte que aunque las grietas lleguen a cicatrizar, si no corriges la causa volverán a aparecer. No dudes en acudir a grupos de lactancia o en contactar con nosotros si tienes dudas.
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