Cuando el bebé empieza a tomar sólidos es el momento de empezar a pensar en adquirir una trona. Además de comer en ella, la trona resulta útil para que el bebé esté sentado mientras cocinamos o come el resto de la familia. Es importante que nunca esté en ella sin vigilancia.
Existe una gran variedad de tronas respecto a sus materiales: madera, plástico o metal. Las de madera resultan muy atractivas. Si buscamos una trona simple que cubra las necesidades del bebé sólo para comer, resultará bastante económico un modelo básico de plástico o metal, ligero, plegable y portátil.
Las tronas con todas las prestaciones son prácticas y muy cómodas para el bebé. Las bandejas resultan fáciles de extraer y toda la silla se limpia con facilidad. Pueden tener el asiento reclinable y una cestita en la parte inferior para guardar juguetes.
Hay modelos que se desmontan convirtiéndose en mesa y silla una vez cumplida su función; de esta manera el niño puede seguir aprovechándola.
También existen tronas que se inflan automáticamente abriendo la válvula que se encuentra en la parte trasera. Cuentan con correas para adaptarlas a la mayoría de las sillas. Hay que comprobar siempre que es lo suficientemente robusta para evitar que vuelque.
Podemos encontrar también tronas sin patas con sistema de enganche que permite adaptarlas a mesas de diversos espesores gracias a su doble regulación.
CRITERIOS PARA SU ELECCIÓN
A la hora de adquirir una trona para nuestro bebé, estas son algunas de las características a tener en cuenta:
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El diario del bebé