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Por Redacción, 07-12-2018 04:12:00El Diario del Bebé.
'Me cuesta horrores cada tarde los deberes con mi hijo. Es muy inteligente pero muy vaga. Además me cuenta cada bola para no hacer los deberes que te mueres'. Esta podría ser la frase de cualquier madre 'pero es de la madre de una chica que he visto hace poco en la consulta por problemas de actitud frente a los estudio', explica el neuropediatra Manuel Antonio Fernández. A pesar de que en muchas ocasiones hay problemas detrás de estas palabras, en esta ocasión, esta paciente no padece TDAH, dislexia ni ningún otra dificultad para estudiar o aprender, simplemente tiene poca motivación.
Cada día es más frecuente que lleguen niños a la consulta 'porque en el colegio le han dicho a los padres que les está costando aprender a leer o a escribir', sostiene el experto. Lo más sorprendente de esto es que te estoy hablando de niños de 5 años que aún no han entrado en primaria. La verdad es que llama mucho la atención que los sistemas educativos actuales den por hecho que un niño de 5 años debe aprender a leer y escribir para entrar en primero de primaria con eso ya sabido. 'No recuerdo que con esa edad, yo supiera -sostiene el experto-y mejor que no lo intentaran porque no creo que hubiese sido capaz de aprender'.
El 100% de los niños no tiene una maduración cerebral suficiente para aprender a leer y escribir a la edad de 5 años.
'Estamos hablando, además, de niños perfectamente normales', sostiene Fernández. 'Si empezamos a poner unos objetivos iniciales que solo son capaces de alcanzar 3 de cada 4 niños, les vamos a hacer pensar que no están a la altura o no son suficientemente inteligentes. Más aún, estamos haciendo creer a los padres que sus hijos tienen un problema cuando no es verdad. Por algo se empieza el primer curso de primaria con 6 años. Para que el cerebro de los niños se encuentre en una situación madurativa suficiente como para alcanzar este tipo de objetivos sin problemas importante'. El experto reclama que 'se deje de inventar la rueda cada curso porque lo básico ya se sabe y las modas pueden ser muy peligrosas para los niños'.
En España, uno de cada 4 niños deja los estudios antes de finalizar su formación básica. Esto significa que una cuarta parte de los futuros ciudadanos de nuestro país no tendrán estudios mínimos. Estas cifras se deben a cuatro motivos principales. Dos de ellos están relacionados con problemas de aprendizaje como el TDAH o la Dislexia y a chicos con Altas Capacidades que tiene problemas de adaptación. El cuarto motivo está en el propio sistema y cómo atiende o mejor dicho, desatiende, las necesidades de sus alumnos.
Estos cuatro problemas son los causantes de las alarmantes cifras de fracaso escolar que a pesar de los supuestos esfuerzos de los políticos, no cambian de un año para otro. 'Esto no cambia porque no acaban de entender que la educación es algo científico, no moral', sostiene el Neuropediatra.
TDAH, Dislexia y Altas Capacidades. Necesidades educativas especiales y las adaptaciones que necesitan para triunfar en los estudios
Entre estos tres grupos, suman casi un 25% de los niños en edad escolar. Una cifra muy parecida a la de fracaso escolar. Detectar y tratar correctamente estos problemas, llevaría a disminuir drásticamente los datos negativos en nuestro país. Los niños con Déficit de Atención y/o Hiperactividad tienen problemas para concentrarse y prestar atención tanto en clase como en casa a la hora de estudiar. Les cuesta ser constantes y se cansan mucho haciendo tareas y actividades. Si un niño tiene dislexia, le cuesta comprender lo que lee, se salta letras o palabras y las cambia de sitio. Su velocidad lectora es baja y por lo tanto, le cuesta aprender. A esto se añaden los problemas con la escritura. Escribe lento, también se salta letras o palabras. Puede cambiar el orden. Al final no es capaz de expresar por escrito lo que quiere.
'Cuando escuchamos que un niño es superdotado, solemos pensar que esto es una pasada, pero no somos conscientes de que uno de cada tres niños con altas capacidades tiene problemas de aprendizaje, conducta o relaciones sociales. Es fundamental que el sistema educativo en general y los maestros y profesores en particular sean conocedores de estos problemas y de las medidas de intervención que les ayudarán a evitar el fracaso' -explica el experto.
Se empieza por conocer la situación concreta de cada chico. En función de ella se establece su lugar en la clase, el o los compañeros que va a tener a su lado, la distancia al profesor y la comunicación que va a haber entre este y el alumno durante la clase. También es fundamental establecer una comunicación directa y permanente con los padres para poder informarles puntualmente de la situación, dificultades o avances del chico. Entre ellos se debe valorar especialmente la agenda escolar con la supervisión de los deberes, las fechas de los exámenes, entregas de trabajo y demás aspectos de interés.
Finalmente, un factor determinante en la metodología de la evaluación en los exámenes. Si van a ser orales, escritos iguales al resto de compañeros, el tiempo que va a tener para realizarlos, la distribución del contenido del examen durante su realización, la supervisión que va a tener el alumno con problemas durante el examen y todos los aspectos a tener en cuenta como la letra…
La cuestión es poder valorar los conocimientos y habilidades adquiridas independientemente de la vía que haya que usar para conseguirlo.
'La respuesta a esta pregunta no es fácil. Hay que tener en cuenta muchos factores. Aún así, hay una serie de pasos a seguir para poder tener una orientación al respecto. De hecho, he desarrollado una guía para padres completamente gratuita con la que te guío por todo ese camino en 3 pasos'.
En la parte psicológica, Sabina Bello, psicóloga de El neuropediatra, explica: 'Como sabemos, cuando hablamos de TDAH, la motivación, el trabajo académico o la convivencia en casa, constituyen algunos de los temas que más preocupan a las familias. Esta situación no supone algo excepcional ya que el núcleo central de su sintomatología, la desatención, la impulsividad o la hiperactividad, se relaciona directamente con el rendimiento diario de los chicos y chicas afectados'- explica.
Es bastante común que en las consultas de atención especializada (atención temprana, pediatría, neuropediaría, psicología, neuropsicología, etc.) las familias acudan en la búsqueda de un conjunto de herramientas que les permitan abordar más adecuada y eficiente posible las dificultades diarias. Los chicos/as afectados, ya sea durante la infancia o la adolescencia, pasan la mayor parte de si tiempo de dos contextos fundamentales: la escuela/instituto y la familia. Por esta razón -sostiene- “buena parte de las dificultades que encontremos se asociaran a las rutinas de estudio, la realización de deberes, el cumplimiento de normas, el seguimiento de planes y horarios, el establecimiento de prioridades, etc. Ante esta situación, el apoyo al estudio se convierte en una prioridad para las familias”.
En este ámbito, una de las cuestiones más habituales es la siguiente ¿Hasta qué punto las familias deben implicarse en el estudio diario? Es bastante frecuente encontrar a padres y madres que gestionan diariamente la agenda escolar, dominan a la perfección los contenidos de cada tema de estudio y dedican todo su esfuerzo a resolver los deberes en casa, es lo que actualmente se conoce con el término de 'padres helicóptero'. En cualquier caso, la familia debe constituir un elemento de apoyo y nunca sustituir el esfuerzo y trabajo diario de los chicos.
Así, lo más indicado seria alcanzar un papel de supervisión, hay que centrarse en los siguientes aspectos:
Por su parte, el cumplimiento de las directrices y rutinas diaria en casa supone otro de los caballos de batalla para las familias. Así, resulta un reto para padres y madres establecer pautas que, por una parte, se ajusten a las necesidades específicas sus hijos y, por otra parte, respondan al funcionamiento de cada familia (hora de levantarse y acostarse; horarios de almuerzo y cena; horarios de estudios; tiempo de ocio, etc.).
Por esta razón, para alcanzar un buen equilibrio en este ámbito, se debe centrar la atención en los siguientes puntos:
Para finalizar, aunque no menos importante, la motivación supone uno de los temas que más preocupan a las familias. Como se sabe, los resultados académicos van a depender de un grupo amplio de factores: empleo de técnicas de estudio; presencia o ausencia de dificultades de aprendizaje; lugar de estudio; dificultad del contenido; estado físico/emocional; la motivación y la actitud de logro, entre otros.
Así, una cuestión muy frecuente tiene que ver con el siguiente enunciado '¿Cómo puedo motivar a mi hijo/hija para que haga los deberes y estudie?' Conseguir el fortalecimiento de la autoestima y el manejo de la motivación hacia la actitud de superación y logro supone un campo complejo, tanto para las familias como para los profesionales especializados en el campo del TDAH. Buena parte de las pautas que planteemos van a depender de las necesidades específicas e individuales de cada chico, sin embargo, a continuación, se pueden destacar algunos de los aspectos más relevantes:
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El diario del bebé