Por lo general, los pediatras fijan los dos años como la edad a partir de la cual el niño puede beber bien en vaso; hasta entonces no suele tener las habilidades motoras requeridas para hacerlo. El bebé necesita mucha coordinación para realizar todos los pasos: alcanzar el vaso, levantarlo, sostenerlo, llevarlo a la boca, beber la cantidad justa y volver a depositarlo en su lugar.
Antes de que llegue ese momento, el bebé pasará por un periodo de aprendizaje que generalmente comienza practicando con una taza. Con el transcurso de los meses habremos ido aumentando la velocidad de la tetina del biberón, lo que le ayudará a ser capaz de ingerir y tragar mayor cantidad de líquido en la taza.
BEBER EN TAZA
Las tazas fabricadas especialmente para bebés están disponibles en muchas tiendas. Suelen ser irrompibles y con el fondo macizo, tener dos asas, una tapa con un pitorro que puede quitarse y disponer de una válvula que controla el flujo.
Hay bebés que a una edad temprana (7 u 8 meses) muestran interés en beber de una taza. Si es el caso de nuestro hijo, le acercaremos una mientras observamos su reacción. Pondremos una pequeña cantidad de líquido para que dé pequeños sorbitos; mientras, debe estar bien sentado en su trona con un gran babero para que no se moje la pechera.
Si quiere beber de ella, podemos utilizarla como suplemento del biberón (por ejemplo, para beber agua), pero no como sustituto.
Si obtenemos la reacción contraria no insistiremos, ya tendremos tiempo para seguir probando. Algunos bebés rechazan beber del pitorro porque les parece duro e incómodo. Más adelante podemos probar con otros sistemas de transición, como las botellas con tapones especialmente diseñados para bebés.
DEJAR EL BIBERÓN
Entre su primer y segundo cumpleaños, el bebé debe dejar el biberón de forma progresiva, es decir, reservarlo para la leche del desayuno y de la noche mientras que utiliza otro de los sistemas citados más arriba para beber agua u otro líquido.
Al cumplir los dos años, algunos pediatras recomiendan quitarle definitivamente la tetina del biberón, sustituyéndola por una pajita antes de dar el salto final hacia el vaso.
Para la mayoría de los bebés, el biberón es más que un medio para alimentarse, es un símbolo de tranquilidad y consuelo que en cierta manera relacionan con el chupete. Hay niños que una vez dejan el biberón prescinden más del chupete, relegándolo únicamente a la noche.
Aun así, no se recomienda quitarle el biberón y el chupete a la vez; mejor esperaremos a que ya se haya habituado a beber en taza o vaso.
Además, hay otros motivos para abandonar el biberón:
Como en todo lo referente al bebé, los tiempos y edades son orientativos ya que cada uno tiene su ritmo y no debemos presionarle ni preocuparnos en exceso si tarda un poco más.
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El diario del bebé