El Diario del Bebé.
El bebé babea porque todavía no controla demasiado labios y lengua y es incapaz de tragar la saliva igual que un adulto.
Empieza a hacerlo poco después del nacimiento alcanzando su máximo apogeo entre los 3 y los 6 meses. Este incremento suele coincidir con el inicio de la dentición y suele remitir cuando ya han salido la mayoría de las piezas dentales.
El babeo le ayuda a reducir las molestias de la salida de los dientes, a mantener labios y encías húmedos y frescos y a ablandar la comida para que sea más fácil de digerir.
CUÁNDO ACUDIR AL PEDIATRA
Aunque babee mucho, si el bebé está feliz y contento no es motivo de alarma. Si va acompañado de otros síntomas, es aconsejable consultar con el pediatra para que lo examine determinando si existen otras causas (por ejemplo, una posible infección de garganta).
El exceso de humedad como consecuencia de las babas, puede causar un sarpullido en el cuello y en la cara. El uso de babero resulta muy útil para prevenirlo.
Si observamos que el sarpullido evoluciona a peor o el bebé está a disgusto, acudiremos al médico quien nos indicará cómo proceder. En algunos casos, un poco de vaselina para actuar como barrera protectora suele ser la solución.
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El diario del bebé
Ante cualquier duda consulte siempre con su médico o pediatra.
