Cuando el bebé llora desconsoladamente y no sábemos qué hacer, lo primero es comprobar que todas sus necesidades básicas están cubiertas. El responsable de su desasosiego suele ser uno de los siguientes motivos: hambre o sed, sueño, dolor (protesta cuando le tocamos algo), exceso de temperatura, necesidad de un cambio de pañal o quiere que le acunemos.
Una vez comprobado y solucionado, podemos aplicar una serie de pautas para calmarlo y reconfortarlo:
Instintivamente, cuando lo cogemos en brazos lo acercamos a nuestro corazón, cuyo ritmo parece que le recuerda a su plácida vida en el vientre materno. Si a la vez lo mecemos, el movimiento suave y acompasado puede calmarle. Si no es un recién nacido, podemos colocarle en una hamaquita con ligeras vibraciones, modos sonoros y juguetes suspendidos.
Envolverlo en una mantita ajustada a modo de crisálida en su cuna hará que se sienta más protegido. Colocarle un móvil musical con melodía tranquila y colores suaves también ayuda a que se calme y distraiga. Podemos encontrarlos con control remoto para accionarlos en caso de que se paren o pararlos una vez conseguido el objetivo.
Por el contrario, a lo mejor necesita una fuerte distracción para que se le olvide el motivo de su lloro: un juguete de colores vivos o con una música más rítmica puede funcionar. También podemos utilizar algún objeto de la casa. Los niños se distraen con las cosas más sencillas, por ejemplo, dando golpecitos en una caja o moviendo una cuchara en el interior del envase de un yogur vacío. Eso sí, nunca le ofreceremos algo que no le vayamos a dar ya que no lo entendería y volvería a llorar.
A los bebés les suele gustar el momento del baño. Algunos se relajan pero otros se estimulan necesitando mayor cantidad de actividad después. Habrá que tenerlo en cuenta por si el objetivo es conseguir que se duerma.
Muchos padres señalan el paseo como uno de los métodos más infalibles. No tiene por qué ser en un parque, pero el piar de los pájaros y los sonidos propios de la naturaleza resultan más tranquilizadores que el ruido de coches. En la medida de lo posible nos alejaremos de ello y así proporcionaremos a nuestro bebé la calma que busca.
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El diario del bebé