El Diario del Bebé.
El cáncer de mama asociado al embarazo es aquel que se diagnostica durante la gestación o en el primer año después del parto. Algunos autores lo definen como el cáncer que se presenta durante el embarazo y la lactancia, pero debido a que es variable la duración de este periodo se ha aceptado como estándar un año después de la resolución del embarazo.
Posee una baja prevalencia, presentándose en tres de cada 10 mil embarazos (0.03%). Esta cifra ha ido en aumento debido a la tendencia mundial de las mujeres a embarazarse a edades mayores (después de los 35 años), que es cuando la incidencia del cáncer de mama se incrementa.
Los cambios que ocurren a nivel glandular dificultan la exploración mamaria y la detección oportuna de un tumor. Ante ello, es común que las mujeres con cáncer de mama asociado al embarazo sean diagnosticadas en etapas más tardías que las no embarazadas, con un retraso promedio en el diagnóstico de entre cinco y siete meses. Aunque la visita prenatal es una gran oportunidad para la detección, tanto la paciente como el médico ponen menos interés en la exploración mamaria.
El abordaje diagnóstico de la enfermedad incluye la realización de diversos estudios, siendo los principales la mastografía, el ultrasonido y la biopsia de nódulo mamario. En las pacientes con sospecha clínica de metástasis se realizan estudios de imagen de extensión para clasificar la etapa de la enfermedad.
Debido a que el embarazo por sí solo no tiene ningún efecto en el desarrollo del cáncer de mama, la terminación del mismo no mejora la evolución de la paciente; además, los abortos y nacimientos pretérmino no se incrementan en mujeres con cáncer de mama. Por lo anterior, el aborto terapéutico podría considerarse únicamente para tratar de forma urgente enfermedad metastásica o en tumores que son muy agresivos.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en Facebook y Twitter
El diario del bebé