El Diario del Bebé.
Las embarazadas tienen el mismo riesgo que el resto de la población de infectarse con el virus del Zika, que es transmitido principalmente por la picadura de un mosquito Aedes infectado. Algunas de ellas pueden no enterarse que tienen el virus, porque no desarrollarán los síntomas. Se considera que una de cada cuatro personas desarrolla los síntomas de la infección por el zika, y entre quienes sí son afectados, la enfermedad es usualmente leve.
El síntoma más común es exantema (erupción en la piel o sarpullido), en ocasiones acompañado de fiebre leve. También suele acompañarse de conjuntivitis, dolor muscular o en las articulaciones, o un malestar general que comienza pocos días después de la picadura de un mosquito infectado.
Se está investigando cuál es el efecto que este virus podría tener sobre los fetos. El 28 de noviembre de 2015, el Ministerio de Salud de Brasil estableció la relación entre el incremento de microcefalia en el nordeste del país y la infección por zika. Las autoridades de salud, con el apoyo de OPS y de otras agencias, están realizando varias investigaciones que esperan esclarecer la causa, los factores de riesgo y las consecuencias de la microcefalia.
No hay vacuna ni tratamiento específico para la infección por zika. Por esa razón, el tratamiento para todas las personas se dirige al alivio de los síntomas, incluidas las embarazadas que deben seguir las recomendaciones de su médico.
La OPS/OMS recomienda a las mujeres gestantes y a aquellas que están planificando su embarazo que hayan estado expuestas al virus del Zika que acudan a las consultas prenatales para recibir información y controlar su embarazo, según las políticas de salud y prácticas nacionales.
Todas las personas, incluyendo las embarazadas y mujeres en edad reproductiva, deben evitar la exposición a picaduras de mosquito, por ejemplo usando ropas que cubran la piel (mangas largas), usando mosquiteros durante el día, y utilizando los repelentes indicados por las autoridades de salud y de la manera que señala la etiqueta. En cada casa y en sus alrededores es muy importante buscar posibles focos de criaderos de mosquitos y eliminarlos.
Dado que se han observado casos de zika por transmisión sexual, las parejas sexuales de embarazadas residentes en zonas con transmisión local del virus o de vuelta de ellas deben adoptar prácticas sexuales seguras para prevenir la transmisión o suspender las relaciones sexuales durante el embarazo.
Desde la segunda reunión del Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional sobre el virus del Zika, celebrada el 8 de marzo de 2016, se aconseja a las embarazadas que no viajen a zonas donde hay brotes en curso de infección por el virus del Zika, y las embarazadas cuyos compañeros sexuales vivan o viajen a las zonas con brotes deben asegurarse de adoptar prácticas sexuales seguras o suspender relaciones sexuales durante el embarazo.
Más información:
Más información para quienes viajen a países donde circula el virus del Zika.
Lo principal es evitar la picadura de mosquitos para prevenir la infección por zika, dengue o chikungunya. En ese sentido, las embarazadas y las mujeres en edad reproductiva deben seguir las mismas recomendaciones para todas las personas:
Las embarazadas deben concurrir de manera puntual a sus controles prenatales.
Las embarazadas cuyos compañeros sexuales vivan o viajen a las zonas con brotes deben adoptar prácticas sexuales seguras o suspender relaciones sexuales durante el embarazo.
Más información:
Preguntas y respuestas sobre control de vectores.
Preguntas y respuestas sobre transmisión sexual.
La OPS/OMS recomienda que tomen las medidas preventivas necesarias para evitar la picadura de mosquitos, los cuales pueden transmitir otras enfermedades, además de zika, como el dengue y el chikungunya.
Cada vez hay más evidencias sobre este mecanismo de transmisión.. En estos momentos se están realizando estudios sobre el riesgo de transmisión del virus de la madre al bebé y sus posibles efectos sobre el bebé. Los servicios de atención médica deben hacer seguimiento a las mujeres embarazadas en general, y en particular a las que presentan síntomas de infección por zika.
Por el momento no hay informes documentados de que el virus del Zika se transmita al lactante a través de la leche materna.
En países en los que hay transmisión de zika no se han descrito resultados neurológicos adversos ni enfermedades graves en lactantes con infección posnatal. Todo cambio de esta situación tendría que ser monitoreado cuidadosamente. A la vista de los datos disponibles, los beneficios de la lactancia materna para el niño y la madre superan los posibles riesgos de transmisión del virus del Zika a través de la leche materna.
En algunos estados de Brasil donde estaba circulando el zika desde hacía unos meses, se ha notificado un aumento muy superior a lo registrado en años anteriores de casos de recién nacidos con microcefalia. Las autoridades de salud, con el apoyo de OPS y de otras agencias, están realizando varias investigaciones que esperan esclarecer la causa, los factores de riesgo, y las consecuencias de la microcefalia.
La OPS/OMS recomienda a los países que sigan promoviendo el acceso de las embarazadas al control prenatal. Se recomienda a las mujeres gestantes y en edad reproductiva que eviten la exposición a picaduras de mosquito.
Es importante mantener informadas a las embarazadas y apoyarlas durante el período de gestación.
La microcefalia es una afección muy poco frecuente, cuyas causas pueden ser genéticas o ambientales (tóxicas, radiaciones o infecciosas). Se define como una condición al nacer en la que la circunferencia craneana o perímetro cefálico es menor que lo esperado para la edad al nacer y el sexo.
La microcefalia puede presentarse como una condición aislada o asociada a otras condiciones de gravedad variable, que pueden ir desde convulsiones, dificultades para alimentarse, efectos sobre el desarrollo del niño, hasta el riesgo de vida del recién nacido.
Es muy difícil conocer las consecuencias de la microcefalia en el momento del nacimiento, por lo cual requiere un seguimiento y valoración de los recién nacidos, con controles y evaluaciones posteriores. No existe un tratamiento específico para la microcefalia. Se centra en el seguimiento, promoción y maximización de las capacidades de los niños.
La medición más confiable para valorar si un bebé tiene microcefalia se puede hacer en el nacimiento y con mayor precisión a las 24 horas de nacido. En caso de realizarse el diagnóstico de microcefalia, un equipo multidisciplinario de salud debe iniciar un proceso de seguimiento y control del niño.
Las embarazadas deben asistir regularmente al control prenatal y el profesional de la salud recomendará los estudios que sean necesarios en cada etapa del embarazo.
No se sabe cuánto tiempo durarán los brotes del zika. La decisión de postergar un embarazo es un derecho humano de la mujer[1]. La OPS insta a las autoridades de salud pública a que aseguren que las mujeres tengan acceso a servicios de salud reproductiva, incluidos métodos anticonceptivos, y estén informadas debidamente sobre las medidas de protección personal para evitar picaduras de mosquitos y sobre los riesgos a los que eventualmente podrían estar expuestas. Además se debe informar a las mujeres acerca de los servicios de apoyo que pueden esperar recibir después del nacimiento del bebé. Esta información debe comunicarse a las mujeres de una manera culturalmente apropiada y en un lenguaje que entiendan.
Detectar el virus del Zika durante el embrazo es un desafío en la mayor parte de los países de la región. En este momento no hay suficiente evidencia para determinar el riesgo de que una embarazada contraiga el zika o los riesgos que esta infección puede presentar para su bebé. Se debe tener en cuenta la legislación nacional de los Estados Miembros sobre la interrupción del embarazo en cualquier decisión que se tome.
La OPS está apoyando a los países de la región en el monitoreo y respuesta al brote de zika y las complicaciones asociadas. Hay varias investigaciones en curso que esperan esclarecer la causa, los factores de riesgo, y las consecuencias de la microcefalia. Se están estudiando todos los posibles factores de riesgo, incluyendo los tóxicos, medicamentos, factores genéticos y otros agentes infecciosos.
La OPS también está realizando una comunicación oportuna a todos los países de la región, así como promoviendo los mensajes de prevención y control de enfermedades transmitidas por vectores, con énfasis en las medidas de protección personal que deben tomar las embarazadas.
Más información en: Estrategia de la OPS para mejorar la capacidad nacional para responder al virus del Zika en las Américas (en inglés).
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