El Diario del Bebé.
Es una hormona sexual que liberan los ovarios y posteriormente la placenta. Durante el ciclo menstrual, su función es acondicionar el endometrio para facilitar la implantación del embrión en este, y durante el embarazo ayuda a que transcurra de manera segura.
También tiene un papel durante el periodo de lactancia, ya que ayuda a preparar las glándulas mamarias aumentando el tamaño de los senos para la segregación de leche. Otras de sus funciones son incrementar la excreción de sodio y cloro, ejercer un efecto relajante del útero, aumentar las secreciones del cuello uterino o mantener la vascularización de la mucosa uterina.
En menor medida, la progesterona también es producida por las glándulas adrenales y por el hígado. Los hombres también tienen progesterona en su cuerpo, aunque en muy pequeñas cantidades. Se produce en los testículos y las glándulas suprarrenales.
La progesterona se comienza a producir después de la pubertad de la mujer, una vez ha tenido su primera menstruación. A partir de entonces, se producirá en cada ciclo menstrual y se irá deteriorando progresivamente hasta que la mujer tenga la menopausia. De esta forma, la progesterona también ayuda al desarrollo de los caracteres sexuales secundarios de la mujer.
Una vez que se produce la ovulación durante el ciclo menstrual, los ovarios comenzarán a producir progesterona. La progesterona actúa entonces en el endometrio, y hace que este segregue unas proteínas especiales que nutren al óvulo fecundado, proporcionando unas condiciones óptimas para el desarrollo del embrión. Transcurridas diez semanas del embarazo, será la placenta la que se encargue de producir la progesterona para mantener los niveles idóneos y hacer que el embarazo se desarrolle con seguridad.
Si el óvulo no ha sido fecundado pero se ha liberado progesterona, el exceso de esta hormona que no necesite el cuerpo será expulsado con el resto de la menstruación.
En algunas ocasiones es necesario introducir la progesterona de forma externa para ayudar al desarrollo del embarazo o tratar otro tipo de problemas. Existen varios casos para los que está indicado.
En la fecundación in vitro, los medicamentos que se administran durante el tratamiento pueden reducir la capacidad del cuerpo de producir progesterona. La administración de progesterona artificial se suele dar sólo durante las 10 primeras semanas del embarazo, ya que a partir de entonces la placenta puede producirla sin problemas.
Una de las razones por las que se puede producir un aborto en un embarazo natural es un bajo nivel de hormonas. Por lo tanto, la forma de evitar que se produzca una interrupción involuntaria del embarazo es mediante la inyección de progesterona para normalizar los niveles hormonales y permitir que la gestación continúe.
Si hay carencia o exceso de sangre durante la menstruación es posible que el médico proponga aumentar la dosis de progesterona para normalizar el sangrado. Esto favorece las posibilidades de embarazo o ayuda a combatir el síndrome premenstrual que provoca síntomas tanto físicos como psicológicos.
Existen varios medios para introducir progesterona de forma artificial:
La administración de progesterona artificial puede provocar algunos efectos secundarios:
En menor medida, se ha estudiado la progesterona con otros fines más allá de los relacionados con el órgano reproductor femenino. Algunos expertos indican que la progesterona tiene efectos antidepresivos en algunas ocasiones, al intervenir directamente en algunos receptores intracelulares del cerebro. Se ha demostrado que es eficaz en el tratamiento de algunos trastornos conductuales como la ansiedad, la depresión postparto o la tensión premenstrual.
También se ha estudiado la relación de la progesterona con los tumores cerebrales, y la detención de su crecimiento. Esto se debe a que la progesterona regula la producción de células tumorales al impedir la interacción con el receptor intracelular del tumor.
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