El consumo excesivo de fructosa durante la gestación provoca alteraciones que pueden condicionar la respuesta nutricional de la descendencia, tal y como ha evidenciado la investigación realizada por el grupo liderado por Carlos Bocos, profesor de la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
Este trabajo, en el que ha colaborado otro grupo de expertos dirigido por el doctor Juan Carlos Laguna, profesor de la Universidad de Barcelona, ha comprobado en ratas de laboratorio que el consumo excesivo de este tipo de azúcar altera la respuesta de la gestante a la leptina, una hormona relacionada con los distintos estados nutricionales.
De esta forma, este compuesto, "muy presente en refrescos artificiales", podría repercutir en la respuesta biológica de las crías ante el ayuno o la obesidad, explican los especialistas. Así se expone en este estudio pionero que ha publicado la revista especializada 'Journal of Nutritional Biochemistry'.
La fructosa que contienen estas bebidas es un tipo de azúcar de la familia de los monosacáridos que comparte con la glucosa la misma fórmula química y parecido poder energético. Sin embargo, "no produce los mismos efectos", declaran.
Para llegar a las conclusiones obtenidas, los científicos han utilizado ratas de laboratorio a las que durante la gestación se les cambió el agua de bebida para establecer tres grupos diferenciados de análisis. De esta forma, los animales se dividieron en un primer estrato que consumía agua sin aditivos, un segundo con agua enriquecida con fructosa, y un tercero al que se le añadió la misma cantidad de azúcar, pero en forma de glucosa.
Tras la observación, se evidenciaron en los tres grupos diferentes parámetros bioquímicos en la sangre, en los tejidos y en la expresión de diversos genes, todo ello "tanto en las madres, como en sus crías". Así, únicamente las ratas que ingirieron sólo fructosa en el agua de bebida presentaron alteraciones en la respuesta a la hormona llamada de la leptina.
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