El inicio del curso escolar requiere un equipamiento concreto cuya elección no hay que tomar a la ligera. Es importante tener en cuenta una serie de aspectos en beneficio de la comodidad y salud de nuestro hijo.
LAS MOCHILAS ESCOLARES
Las mochilas escolares deben adecuarse a la estatura y al peso de cada niño y reunir una serie de características como diseño anatómico, respaldo acolchado y correas anchas y mullidas. Los escolares deben llevarlas por los dos tirantes a la altura lumbar, repartiendo el peso entre los dos hombros, y con los objetos más pesados colocados lo más cerca posible de la espalda.
Por otro lado, el peso de las mochilas no debe superar entre el diez y el quince por ciento del peso del menor para evitar problemas de espalda.
LA ROPA
Las prendas de uniforme establecidas por el colegio, o las elegidas por los padres en su caso, deben adecuarse a las necesidades del niño. En esta línea, lo ideal son prendas de fibras naturales, ligeras, cómodas y que permitan la autonomía de los menores.
EL CALZADO
Tan importante es elegir la mochila y el material como los zapatos; al pasar tanto tiempo con ellos podrían resentirse sus pies. Para agilizar la tarea de ponerlos y quitarlos, los modelos con cierres de velcro son una magnífica opción.
El calzado debe ser adecuado, cómodo y que sujete bien el pie con el fin prevenir futuros problemas en el desarrollo del niño. Además, hay que tener en cuenta la fisionomía de cada pie.
Es vital acertar en la talla, de manera que no queden ajustados ni grandes, ya que en este último caso puede producir torceduras o caídas por falta de sujeción. Para la elección de la talla adecuada, los expertos recomiendan que nos decantemos por aquellos en los que podamos poner el dedo índice entre la punta del dedo gordo del pie del niño y la puntera cuando el niño está de pie
En cuanto al material, debe ser de fibras naturales, piel o lona, que permita la transpiración para evitar las irritaciones y la aparición de hongos. Es recomendable que tenga las suelas antideslizantes y flexibles para no impedir sus movimientos. Asimismo, no se aconseja usar cada día los mismos zapatos ni utilizar calzado prestado o heredado.
Los médicos y cirujanos ortopédicos recomiendan zapatos o zapatillas de deporte de corte bajo, resistentes pero flexibles, de tal manera que podamos doblarlos con la punta y el talón hacia arriba. Las suelas rígidas no son lo más adecuado. Por otro lado, el calzado debería tener un arco interior que pudiéramos notar con los dedos.
La elección de los calcetines no debe ser dejada al azar o a criterios únicamente estéticos. Si son demasiado grandes, pueden ejercer demasiada presión en un zapato de la talla adecuada. En el caso contrario, estrujarán sus dedos pudiendo interferir en su correcto crecimiento. Por lo tanto, deberemos comprobar con regularidad que los calcetines le siguen quedando bien.
Para el día a día, lo ideal es prescindir de calcetines acrílicos o de lana y decantarnos por los de algodón puro. Este material permite que los pies respiren adecuadamente y minimiza la posibilidad de infecciones por hongos como el pie de atleta.
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El diario del bebé
Ante cualquier duda consulte siempre con su médico o pediatra.
