Las amígdalas son una masa de tejido a ambos lados de la garganta. Ellas retienen las bacterias y los virus nocivos que entran por la garganta, y fabrican anticuerpos que ayudan a luchar contra las infecciones
Por Redacción, 21-08-2015 07:50:00El Diario del Bebé.
La amigdalotomía es el procedimiento quirúrgico que consiste en extirpar las amígdalas. Es posible que el pediatra recomiende una amigdalotomía si su hijo presenta uno o varios de los siguientes síntomas:
Las cirugías, por sencillo que sea el procedimiento en cuestión, suelen asustar tanto a los niños que tienen que someterse a ellas como a los padres. Pero usted puede ayudar a su hijo a prepararse para la intervención quirúrgica si le explica qué le espera. Durante la amigdalotomía, ocurrirá lo siguiente:
Su hijo se despertará en el área de recuperación. En la mayoría de los casos, el tiempo total de permanencia en el hospital oscila entre 5 y 10 horas. De todos modos, los niños que tienen dificultades para respirar o presentan signos de hemorragia regresan de inmediato al quirófano. Y los niños menores de 3 años y aquellos que padecen enfermedades crónicas, como trastornos convulsivos o parálisis cerebral, suelen pasar la noche en el hospital para estar en observación.
El período de recuperación tras una amigdalotomía suele ser de una semana o poco más, durante las cuales se experimentan dolores y molestias debido a la exposición de los músculos de la garganta después de extraer las amígdalas. Esto puede repercutir sobre la capacidad de su hijo para comer y beber, así como para retomar sus actividades habituales.
La amigdalotomía intracapsular es una variación en la técnica tradicional de la amigdalotomía. Este procedimiento consiste en extirpar la parte de tejido inflamado de las amígdalas, dejando una fina capa de tejido sin extirpar a fin de proteger los músculos subyacentes de la garganta. En consecuencia, la recuperación es mucho más rápida porque los niños sienten menos dolor, no necesitan tomar analgésicos tan fuertes y se muestran más dispuestos a comer y beber. Por otra parte, el riesgo de sangrado después de la cirugía es mucho menor que cuando se practica una amigdalotomía convencional. Puesto que se deja sin extirpar una parte del tejido de las amígdalas, existe una muy remota posibilidad de que ese tejido se vuelva a inflamar y a infectar, lo que demandaría repetir la intervención. Sin embargo, esto ocurre en menos del 1% de los casos de niños que han sido sometidos a una amigdalotomía intracapsular.
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El diario del bebé