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8 consejos para el desarrollo emocional de los hijos
Por Teresa Arévalo, psicóloga y psicopedagoga, 17-09-2014 22:19:37

El Diario del Bebé.

Hay muchas cosas que los padres pueden hacer para contribuir al adecuado desarrollo emocional de sus hijos, de forma que se les ayuda a adquirir un autoconcepto realista y una autoestima positiva, así como a forjar unas relaciones sanas con padres, hermanos e iguales.

 

Los niños con un desarrollo emocional armonioso van a ser capaces de expresar y compartir sus sentimientos y a interpretar y respetar los de los demás. Mostrarán motivación e iniciativa y serán alegres y espontáneos.


 

8 CONSEJOS PARA CONTRIBUIR A SU DESARROLLO EMOCIONAL


1. Establece límites a su conducta: deja claro a tus hijos, desde muy pequeños, lo que se espera de ellos, con tranquilidad y firmeza. Las normas, las rutinas y los límites ordenan el ambiente, lo hacen coherente y predecible y por tanto, les proporcionan seguridad y protección. Las normas que les trasmitas han de ser claras y concretas, pero flexibles. Refuerza y celebra los comportamientos deseados. Si no muestras a tus hijos lo que esperas de ellos, o aplicas las normas de forma inconsistente y arbitraria, no sabrán cómo comportarse de forma apropiada.


2. Presta atención a sus sentimientos: si tu hijo manifiesta tristeza, enfado o miedo, escúchale y se comprensivo con él. Evita las burlas o comentarios que le puedan herir. Es importante el modo en que el niño busca tu atención, por ejemplo mediante una pataleta. En este caso hay que hacerles saber, de forma suave pero firme, que solo se le atenderá cuando lo pida sin llorar, golpear o gritar.


3. Sácale partido a todas las formas de comunicación: hablarle con cariño mirándole a la cara, llamarle por su nombre, contar historias de cuando eras pequeño, leerle cuentos, cantar canciones, hacer imitaciones de personajes conocidos o animales, dibujar, gestualizar o bailar, son actividades que contribuirán a que el niño se comunique más y mejor y aprenda a identificar y expresar sus emociones.


4. Eres su padre o madre antes que su amigo: él ya tiene sus amigos o se los hará próximamente, pero tú eres su único padre o madre. Por ello, no eludas tus responsabilidades y no descargues sobre tus hijos  tus preocupaciones, problemas e intimidades ya que además de cargarles con algo para lo que no están preparados, te verán débil y puede que te pierdan el respeto. Sé espontáneo y muestra tus emociones, pero hazles sentir que eres capaz de hacer frente a tus obligaciones y a los retos de la vida.


5. Tu hijo no es una prolongación de ti: tendrá su propio carácter, sus habilidades, sus intereses, sus debilidades, sus gustos, sus propios amigos. Quiérele por lo que es y no por lo que a ti te gustaría que fuera. Permítele desarrollar su propia personalidad y disfrutar de sus aficiones, proporcionándole experiencias con las que pueda satisfacer sus intereses y ofrécele oportunidades para compartir tiempo con sus amigos, divertirse y resolver por sí mismo los conflictos que puedan surgir en sus relaciones sociales.


6. Mostrar afecto: Es imprescindible compartir momentos privilegiados de contacto físico y de ternura, sobre todo cuando son pequeños. Tómale la mano, dale un beso de buenas noches, estréchale en tus brazos, ofrécele la mejor de tus sonrisas para mostrar tu aprobación; esto no quiere decir que seas empalagoso. Además, a medida que vayan creciendo, necesitarán menos contacto físico, te lo harán notar y deberás respetarles. Haz extensible ese afecto al resto de la familia, intentando que en tu hogar prime un clima cálido, sereno y respetuoso.


7. No le exijas más de lo que puede hacer por su edad o momento evolutivo: pero tampoco le sobreprotejas, es decir, no le hagas las cosas que hace ya tiempo que debería hacer por sí mismo. Permítele que vaya desarrollando armoniosamente todo su potencial, que vaya tomando pequeñas decisiones y que vaya alcanzando gradualmente pequeñas cotas de autonomía. El ser humano nace muy indefenso y dependiente del adulto pero progresivamente va adquiriendo y desarrollando todas sus capacidades.


8. Facilítale oportunidades para jugar y comparte algunos momentos de juego con ellos: el juego contribuye al desarrollo del niño, ya que le permite practicar sobre muchos ámbitos de la vida de forma voluntaria, espontánea, divertida y placentera. Si compartes algunos momentos de juego con tu hijo, se sentirá feliz y tú te sentirás satisfecho ante esa felicidad. Además, se comparte información privilegiada. A través del juego puedes conocer sus intereses, su forma de enfrentarse al mundo, su manera de expresar conflictos o de liberar su ansiedad.

 

 

Teresa Arévalo es licenciada en psicología y psicopedagogía. En su blog turelajacion.wordpress.com aporta información, actividades y consejos prácticos sobre diversas técnicas de relajación y de desarrollo personal, con el objeto de introducir la calma en tu vida diaria, de una forma fácil y divertida. También la puedes seguir en Twitter turelajacion

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