Al menos dos semanas antes de la celebración de la fiesta, debemos concretar el menú con el que queremos sorprender a nuestros invitados, tanto mayores como pequeños. La tarea es bastante complicada ya que queremos impresionar pero sin correr demasiados riesgos. Ganan adeptos las recetas que pueden prepararse con antelación, que son resultonas pero de elaboración sencilla y de sabores suaves.
Debemos pensar en nuestros invitados. Cerciorarnos de que nadie sufre alergias o intolerancias y, en ese caso, ofrecerles otras alternativas. Por lo general, cuando los niños son pequeños, sus padres también les acompañarán con lo que podemos ofrecerles un menú parecido.
Hay que tener en cuenta la edad y la destreza para masticar de los pequeños comensales. Si no estamos seguros de algo, mejor no ponerlo. No recomendamos los frutos secos para ellos. En caso de ofrecer aceitunas, las partiremos o serán supervisadas por adultos. Es muy tentador poner 'chucherías', pero a no ser que se trate de niños mayores, mejor no hacerlo o decantarnos por gominolas muy blanditas.
Los niños tienen gustos sencillos, así que utilizaremos ingredientes básicos y familiares cuidando la presentación. Una merienda sin cubiertos (¡excepto la tarta!) resulta muy apropiada para una fiesta infantil: panecillos, canapés, pequeños sandwiches, croquetitas, minipizzas o miniquiches fáciles de comer, entre otras sugerencias.
Échale imaginación y convierte la comida en un motivo más del tema decorativo. Todo puede tener formas divertidas con la ayuda de distintos modelos de cortapastas. Las figuras de animales suelen ser de las preferidas por los niños. Improvisa ojos (aceitunas negras partidas), boca (zanahoria), nariz (tomatitos cherry o aceitunas verdes) y bigotes (remolacha).
Si dispones de poco tiempo o no se te da bien la cocina, compra la comida preparada (en el supermercado encontrarás opciones muy interesantes) y conviértelo en un plato festivo con la decoración.
Si estamos celebrando un cumpleaños, y a no ser que el homenajeado sea un bebé, elegiremos la tarta según los gustos del niño. Es el día de ofrecerle aquello que más le gusta como patatas fritas (mejor caseras) o galletas con chocolate.
Dispón de un surtido de bebidas variadas para los niños: agua, leche, leche con cacao, batidos, zumos o refrescos. Cuenta con manteles y servilletas desechables o fáciles de lavar, y vajilla desechable o irrompible. Aún así, no sería extraño que cayera algún vaso, así que ten a mano un paño y fregona para solucionar el percance.
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El diario del bebé