Los niños alimentados con una dieta sana durante los primeros años de vida podrían alcanzar un coeficiente intelectual (CI) ligeramente mayor, según se desprende de un estudio realizado por la Universidad de Adelaida (Australia).
El equipo de investigación dirigido por la doctora de dicha universidad, Lisa Smithers, observó los hábitos alimenticios de siete mil bebés a los 6 meses de edad, a los 15 meses y a los dos años desde su nacimiento. Los investigadores analizaron el CI de los mismos menores a los ocho años de edad.
Ahondando en la importancia de la dieta a la hora de mejorar la inteligencia de los niños, la experta indica que ésta "aporta los nutrientes necesarios para el desarrollo de los tejidos del cerebro en los dos primeros años de vida". Así, confirma que los bebés que ingirieron alimentos variados con regularidad presentaron "hasta dos puntos más de CI a la edad de ocho años".
Además, del estudio también se desprende el dato de que los menores que consumieron alimentos preparados para bebés a los seis meses obtuvieron "un impacto negativo". Por el contrario, los efectos fueron positivos al comerlos a los dos años de edad.
Por último, la doctora Smithers concluye que este trabajo refleja la "necesidad" de proporcionar a los niños alimentos saludables en un momento tan crucial para la formación en sus vidas. "Es importante que se considere el impacto a largo plazo de los alimentos que alimentan a nuestros hijos", afirma.
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