A través del masaje, el bebé toma conciencia de su cuerpo y se siente seguro, querido y protegido. El masaje relajante le ayuda a calmarse, a conciliar el sueño y a gozar de un descanso más plácido. Para disfrutar de él hay que estar relajados y elegir el momento más apropiado. Después del baño, antes de la cena o media hora después de la toma son algunos de ellos. Una música tranquila ayudará a crear ambiente.
Para lograr transmitir al bebé esa sensación relajante, los movimientos deben realizarse siempre desde el centro de su cuerpo al exterior. Existen varias técnicas:
El tiempo de masaje que le dediquemos debe ser de calidad y sin ninguna prisa para que el bebé disfrute al máximo de esta experiencia sensorial tan especial para él.
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El diario del bebé