Se acabó lo bueno. Independientemente de cómo hayan sido las vacaciones, si hemos viajado más o menos lejos, más o menos días, o incluso si no hemos podido hacerlo, desconectar durante un tiempo de la rutina diaria hace bien a todos. El cambio de actividad, disfrutar más de la familia o la disminución del ritmo diario frenético para intentar compaginar trabajo, casa y niños, siempre sienta bien.
Pero, ¿y la vuelta al trabajo? ¿Y si se hace cuesta arriba volver a retomar el ritmo? El llamado síndrome postvacacional repercute negativamente en algunas personas, produciendo en ellas un importante malestar con consecuencias negativas en su calidad de vida. Ante la complicada situación actual, hay que ser positivos y pensar en lo afortunados que somos al contar con ese trabajo.
SÍNTOMAS DEL SÍNDROME POSTVACACIONAL
Aunque para la mayoría sólo es cuestión de volver a retomar el ritmo diario, hay personas para las que este trastorno se agudiza presentando síntomas como debilidad generalizada, dolor muscular, molestias estomacales, pérdida de apetito, somnolencia, fatiga o dificultad de concentración. Pueden llegar a sufrir sensación de angustia, cambios de humor continuos, irritabilidad, agresividad, tendencia a la depresión y percepción negativa de su entorno.
Si estos síntomas no desaparecen, es aconsejable que acudan al médico quien hará una valoración de su estado y las posteriores recomendaciones.
PAUTAS PARA SU PREVENCIÓN
Por lo general, necesitamos unos días para volver a regular nuestro ritmo habitual y recuperar los horarios para comer, levantarnos y acostarnos. Podemos poner en práctica ciertas pautas para que esto sea más sencillo:
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en Facebook y Twitter.
¡Bienvenidos!
El diario del bebé